Vicente Á. Pérez - Corazón de león

Liñán y Fresco

Novelistas, poetas, cuentistas e incluso académicos de renombre han salido de la provincia de León y no hay medio de comunicación importante en España que no cuente en su nómina con periodistas leoneses

Vicente Á. Pérez
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Amable Liñán nació hace 82 años en una aldea, que ahora se calificaría de «tercermundista», enclavada en una comarca leonesa que el escritor berciano Ramón Carnicer reflejó con todo realismo en «Donde las Hurdes se llaman Cabrera». Las Hurdes, en Extremadura, eran entonces, en la primera mitad del siglo XX, la representación de la pobreza, del abandono, del olvido, de la soledad y de la tristeza. Pero hasta que llegó Carnicer, nadie en España conocía que había unas tierras y unas gentes aún más pobres y más abandonadas. Y en esas Hurdes leonesas, La Cabrera lejana y perdida, Amable Liñán se hizo rapaz, aprovechó la oportunidad de estudiar en La Salle de Astorga e incluso dar el salto a la universidad madrileña.

Se supo luego que Liñán, además de ser buen chaval, era un gran estudiante, por lo que profesores y familia le animaron a la aventura universitaria, pese a los sufrimientos que ello conllevaba, económicos y sentimentales. Hoy, Amable Liñán es un octogenario que no ha perdido un ápice de su innata humildad, aunque esté reconocido como una eminencia mundial en Ingeniería Aeronáutica y haber sido profesor en las más importantes universidades de Estados Unidos. El premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica con el que fue galardonado en 1993, no sólo reconoció su labor que, desde entonces ha continuado y superado año tras año, sino que lo «descubrió» para el común de los ciudadanos, incluso de sus paisanos leoneses, quienes, en su mayoría, desconocían que entre sus coterráneos existiese tal sabio.

«Rara avis» este Liñán, pues es fama que la leonesa es tierra conocida y reconocida por la pléyade de literatos (y literatas, como añadiría el político de turno); periodistas (y «periodistos», como añadiría…), incluidos. Novelistas, poetas, cuentistas e incluso académicos de renombre han salido de esta provincia y no hay medio de comunicación importante en España que no cuente en su nómina con periodistas leoneses. Lo que no obsta para que existan otros personajes que, pese al silencio mediático tan habitual en el imperio de los charlatanes y de la frivolidad, merezcan al menos una líneas de reconocimiento. Es el caso, por ejemplo, de Roberto Fresco, un astorgano que lleva años como organista titular de la Catedral de la Almudena de Madrid y décadas ofreciendo conciertos por todo el mundo.

Y en estos tiempos en los que la provincia leonesa es noticia en los papeles y en las teles por unos personajes y unos sucesos propios de «El Caso», parece oportuno recordar que estas tierras no sólo han sido fértiles en literatos y artistas, sino también en científicos y en deportistas de élite; incluso de músicos como Roberto Fresco, organista de fama mundial quien, gracias a su próximo pregón de la Semana Santa de Astorga (que todavía es una Semana Santa auténtica), se hará reconocible para quienes desconocían su grandeza musical y humana.

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