El Perseverance devuelve un meteorito marciano
El rover ha sido equipado con tecnología desarrollada en la Universidad de Valladolid, que celebra el exitoso amartizaje
El 27 de diciembre de 1984, una expedición del Instituto Smithsoniano estadounidense encontró un meteorito en la Antártida; procedía de Marte. La noche del jueves, la roca regresó a su lugar de origen a lomos del rover Perseverance , que aterrizó sobre la superfice del planeta rojo a las 21:55 (hora española), equipado con tecnología desarrollada por la Universidad de Valladolid (UVa) .
El amartizaje se produjo en el marco de la misión de la NASA Mars 2020 , después de 7 meses de viaje y 10 años de preparación. Según el investigador Fernando Rull, Perseverance se dedicará a analizar los materiales del planeta y, en el caso de que se encontrara alguno con trazas de restos biológicos, «será uno de los mayores descubrimientos de la humanidad».
Sin embargo, el proceso será largo, ya que d e encontrarse algún indicio biológico este sería sujeto de estudio y de debate dentro de la comunidad científica . Cuenta Rull que esto se debe a las diferencias terrestres y marcianas; en la tierra tenemos la posibilidad de encontrar al animal in situ y las huellas de la acción biológica siempre son relativamente recientes.
En el caso de Marte, pueden haber pasado millones de años desde la actividad biológica, y los compuestos que deja el rastro «no siempre son identificativos». A ojos del investigador, es muy difícil saber si provienen de procesos bioquímicos o de la propia actividad biológica.
Igualmente, Rull señala que la del Perseverance e s una misión de no retorno . Toda la información que recabe el rover se quedará y se analizará desde allí a través de la tecnología desarrollada por la Uva .
Sostiene que el funcionamiento del sistema creado en Valladolid es sencillo, como el de un láser que apunta con su puntero a los adoquines del suelo; «yo ilumino el material y con eso puedo saber la composición de la superficie ; eso es lo que hace SuperCam, la tecnología desarrollada por nuestros investigadores», un instrumento que lleva aparejado un complejo sistema de calibración en el que ha estado trabajando el equipo de la universidad durante el último lustro.
Por su parte, Antonio Largo, el rector de la universidad de Valladolid ha señalado que es «importante» que el conocimiento y tecnologías diseñadas «se queden en Valladolid» para aplicarlo a las necesidades de Castilla y León.
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