Cuestión de personas

Cuando ya parece inevitable la celebración de elecciones en junio, muchos ciudadanos se preguntan por qué no ha sido posible un acuerdo entre los partidos para formar Gobierno y a todos preocupa que, entre unas cosas y otras, se pierda todo un año, cómo si en España estuviéramos para estás alegrías-insensateces. Lo cierto es que los partidos han llevado todo el proceso más a lo personal que a lo político y el resultado es decepcionante, irresponsable y de consecuencias todavía por determinar en toda su extensión.

La entrevista que mantuvieron el pasado lunes los presidentes de Castilla y León y Asturias ha puesto el dedo en la llaga en muchos aspectos: se puede hablar desde posiciones diferentes, se puede y deben anteponer los intereses generales a los personales, los problemas ciudadanos no están en funciones y con voluntad de las partes todo se puede solventar.

Me llamó particularmente la atención la declaración del presidente Asturiano, Javier Fernández, quién afirmó que es lamentable que la colaboración entre las comunidades autónomas no se haya visto en la negociación de los partidos a la hora de formar gobierno. Ha sido precisamente el PSOE el partido que se ha negado a hablar con el PP, negando el pan y la sal a Rajoy con la excusa de ser portavoz de sus bases, cuando un partido a quién de verdad se debe es a sus votantes. En las palabras de Fernández se puede leer una cierto reproche a los suyos por la numantina negativa a hablar con el PP. En el caso de Juan Vicente Herrera, ha demostrado que no ha tenido problemas en hablar con homólogos de distinto signo político y llegar a acuerdos como los sellados hace años con el presidente Asturiano. Así pues estamos a las puertas de nuevas elecciones, un punto que dicen no querer ninguno de los actores clave, pero ninguno ha cedido en sus posiciones para evitarlo. ¿Y si tras las elecciones volvemos a las mismas?