Santiago Sastre

La cueva de Ángel Ballesteros

El poeta talaverano publica «En este tiempo oscuro», escrito durante el confinamiento

POR SANTIAGO SASTRE

Talavera de la Reina siempre ha sido una ciudad de muy buenos poetas. Quizá los que más resonancia han tenido han sido Rafael Morales (que falleció en el 2005 y del que hace poco se celebró el centenario de su nacimiento) y Joaquín Benito de Lucas . Yo sigo con atención a los poetas talaveranos, entre los que destacaría a Miguel Argaya, Antonio del Camino, Pedro Tenorio y Alfredo J. Ramos. Entre ellos hay que añadir al conocido historiador Ángel Ballesteros que con sus 80 años acaba de editar un ramillete de poemas titulado «En este tiempo oscuro» .

Ángel Ballesteros fue profesor de historia, latín, griego y literatura. Es muy conocido por sus estudios sobre historia de Talavera, la virgen del Prado, la fiesta de las Mondas y la historia de la cerámica talaverana. La historia de Talavera no se entiende sin sus libros y su activismo en la sociedad civil. Este librito que acaba de ver la luz es de una sencillez impresionante, empezando ya por el formato: es un folleto, carece de depósito legal y de ISBN , su encuadernación depende de dos grapas y es una edición venal, es decir, no se puede vender (es solo para los amigos) y tiene unas estupendas fotos en blanco y negro. Es el conjunto de poemas que Ángel ha escrito en los dos meses de confinamiento (marzo y abril) debido a la pandemia.

En sus poemas reina la claridad (se entienden), hay pocas imágenes literarias, los versos suelen ser de arte menor (de cinco y siete sílabas) y se utiliza la música de la rima. En ellos habla de la monotonía («¿La novedad?/Sota, caballo y rey./Noria que va»), la soledad (el encierro ha sido como un destierro, la soledad entraba por las rendijas de la casa), la relevancia de los balcones (que florecen con oles y palmas), la contención para no ir al médico («Achaques y dolores/han de esperar ahora,/corre el miedo por la calle»), el miedo («A solas con mi miedo/espero solo/que esta tormenta pase»), la impotencia ante la muerte de tantos ancianos (la muerte te puede tocar como una ruleta rusa, como ese sí o no como cuando deshojamos una margarita), la semana santa tan extraña (oculta, con un Cristo sin pasos), su fe en la Virgen del Prado, la paciencia («no salta el pez cuando la luna quiere»), homenajes a Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y Gustavo A. Bécquer. Y también la fuerza y la esperanza del amor : «Y que tú y yo, por fin/-día después-/nos podremos besar». Durante el confinamiento celebró el 78 cumpleaños de su compañera Sagrario , como apunta en el colofón y en la bellísima foto de la contraportada.

Ángel Ballesteros (que siempre suele llevar un corbatín de cordón) ha escrito un libro precioso sobre sus vivencias durante este confinamiento. La belleza y el amor han hecho que este tiempo sea menos oscuro . Es difícil escribir con tanta claridad porque tendemos a enredarnos con las palabras. Los poemas van a lo esencial, son como las pinturas rupestres que el autor ha hecho en su peculiar cueva talaverana. Siempre están los poetas para para abrirnos más los ojos y para ofrecernos más luz.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación