Un rayo de sol demostrará este domingo que los aborígenes canarios sabían de astronomía

La luz se filtrará para iluminar solamente el «túmulo del rey» de la Necrópolis de Arteara

Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los primeros rayos del sol de este domingo iluminarán durante unos minutos el conocido según la tradición popular como Túmulo del rey de la Necrópolis de Arteara, en Gran Canaria, mientras que el restante millar de sepulturas que conforman el cementerio aborigen permanecerá en semipenumbra.

Así lo ha explicado el doctor en Historia y técnico superior del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo grancanario, Javier Velasco, en una entrevista concedida a Europa Press en la que agregó que se trata de un fenómeno astronómico particular que solo ocurre en los equinoccios de primavera.

De esta manera, entre las 08.55 y las 09.05 horas de este domingo, 20 de marzo, un haz de luz solar comenzará a salir por una degollada natural del Macizo de Amurga y se dirigirá directamente hacia el Túmulo del rey.

Este sepulcro en concreto ocupa un lugar destacado en el yacimiento arqueológico prehispánico y está ligeramente más elevado que otros dentro de la necrópolis, aunque no es el más grande del complejo.

Según lo que han podido averiguar los historiadores, en el Túmulo del rey se enterró a un chico de entre 15 y 17 años que es muy probable que ocupara un papel importante y prominente desde el punto de vista social. "De ahí a saber si era noble, guanarteme [un rey aborigen grancanario] o cualquier otra cosa, ya es especulación", matizó el doctor en Historia.

Por su parte, Velasco relató que el joven falleció en el siglo VIII d.C., una datación que ha permitido saber a los investigadores que se estuvieron depositando personas fallecidas en la necrópolis durante 400 o 500 años, hasta alcanzar los 1.000 túmulos localizados.

Con todo, la sociedad en que habitó el chico del Túmulo del rey presentaba serias desigualdades sociales y vivía principalmente de la agricultura, aunque también era importante la ganadería, complementada con la pesca y la recolección de productos marinos.

Durante buena parte del desarrollo histórico de los antiguos aborígenes de Gran Canaria, y más en el siglo VIII, permanecieron sin tener contacto con el exterior, al menos de forma regular u organizada.

En este sentido, los europeos comenzaron a frecuentar las aguas canarias a finales del siglo XIV y principios del XV, siendo ya en este último siglo cuando tuvieron lugar los primeros intentos de conquista de Gran Canaria con la llegada de las tropas normandas.

El experto relató también que este hecho de que el sol ilumine justo este túmulo durante el equinoccio de primavera ya era observado por los aborígenes de «Tamarán» —nombre con el que los antiguos isleños llamaban a Gran Canaria antes de la conquista española— con el objetivo de controlar el paso de las estaciones.

"Para los aborígenes, el control de los ciclos anuales, entre ellos los cambios de estación, tenía una importancia vital porque les permitía tener un control sobre sus actividades económicas. No es extraño que determinados acontecimientos que son observables en lugares singulares estén asociados a marcas equinocciales o solsticiales y, en este caso, además se puede asociar con un componente mágico y religioso", dijo.

Este tipo de observaciones astronómicas repetitivas —como los movimientos de las estrellas, los solsticios o los equinoccios— era una práctica habitual en el paleolítico superior y la tuvieron del mismo modo los aborígenes para controlar el tiempo.

"El control del tiempo significa tener la capacidad de predecir —añadió— y de organizar las actividades económicas, sociales y políticas. Era algo consustancial a la vida diaria. Hoy sabemos cuándo cae Semana Santa porque tenemos un calendario pero, por ejemplo, la Semana Santa es una fiesta marcada por los ciclos lunares".

Necrópolis prehispánica

El yacimiento arqueológico de Arteara es una necrópolis prehispánica que ocupa dos kilómetros cuadrados y alberga un millar de estructuras tumulares, en su mayor parte, de naturaleza simple —espacios funerarios apenas protegidos por piedras amontonadas—.

Desde hace al menos seis generaciones, se mantiene la tradición oral de que los días del equinoccio de primavera y otoño los primeros rayos del sol en su salida por el Risco de Amurga, iluminan una de las construcciones funerarias más singulares del enclave arqueológico, el conocido como Túmulo del rey.

Por ello, y con este motivo, el Cabildo de Gran Canaria ha organizado una visita guiada para este domingo que ha tenido una gran acogida, completando todas las plazas ofertadas. La excursión durará unas tres horas, partiendo desde muy temprano de la capital grancanaria —sobre las 6.30 horas—, pues la salida del sol por Amurga está prevista en el entorno de las 9 horas de la mañana.

Ver los comentarios