El lobo llevaba erradicado de la geografía aragonesa desde hace medio siglo
El lobo llevaba erradicado de la geografía aragonesa desde hace medio siglo
Sociedad

Los efectos de la reaperición del lobo en Aragón: 21 ataques, 348 ovejas muertas y 170.000 euros perdidos

El Gobierno regional exaspera a los ganaderos al insistir en proteger a los lobos y no impedir que se extiendan

Zaragoza Actualizado: Guardar
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La reaparición del lobo en Aragón, desaparecido prácticamente por completo de estas tierras desde hace más de medio siglo, está desencadenando una acelerada cascada de pérdidas ganaderas. La cuestión ha acabado saltando a la arena política: la oposición -con el PP al frente- cuestiona abiertamente al Gobierno aragonés PSOE-Chunta, que a su vez exaspera a los ganaderos por su insistencia en proteger a los lobos desde la Administración y en facilitar que se extiendan.

Al Ejecutivo autónomo el asunto le está resultando cada vez más comprometedor políticamente. Y no solo ante los ganaderos que sufren el problema de lleno y ante la oposición que ha visto en esto un filón más para actuar contra el Gobierno regional, sino también en clave interna del PSOE. Con las aguas revueltas por el puslo entre la sanchista Susana Sumelzo y el susanista Javier Lambán y con unas previsibles primarias a la vuelta del verano, el asunto de los lobos puede provocar también un distanciamiento entre el sector de Lambán y el del importante PSOE oscense, que puede ser decisivo a la hora de inclinar la balanza en un sentido u otro en unas primarias.

En tono claramente comprensivo, la Diputación de Huesca que preside el socialista Miguel Gracia ha dado cobertura a los ganaderos, quejosos por el ataque de los lobos y por la actitud que mantiene al respecto el Gobierno aragonés.

Desde la Administración autonómica siguen sosteniendo que no hay lobos establecidos permanentemente en Aragón, sino que los ataques que se vienen produciendo desde hace unos meses en la zona de Los Monegros se deben a incursiones de ida y vuelta de algún -o algunos- lobo radicado en Cataluña.

Los ganaderos hace tiempo que empiezan a poner en tela de juicio esa tesis, por varios motivos. En primer lugar, por los reiterados ataques de lobos que se vienen produciendo. Y, en segundo lugar, porque dudan que todo eso sea obra de un único ejemplar que va y viene desde territorio catalán.

El caso es que los ganaderos insisten en que no es de recibo que el Gobierno aragonés siga hablando de fomentar la «convivencia» del lobo con la ganadería. Y no es de recibo -afirman- porque lo uno y lo otro resulta incompatible: los ataques de los lobos llevan a la ruina a la ganadería extensiva, a campo abierto.

Pérdidas cada vez más cuantiosas

Para demostrarlo han puesto sobre la mesa el balance de daños que se ha acumulado en los últimos meses en Aragón, sobre todo en la zona de Los Monegros: 21 ataques contabilizados -en Sangarrén, Monegrillo, Leciñena, Farlete, Pina de Ebro, San Mateo de Gállego y Zuera-; 348 animales muertos; daños directos por valor de 170.000 euros; y sobrecostes asociados a las medidas extra de prevención y vigilancia que han tenido que adoptar los ganaderos.

El sindicato agrario UAGA ha insistido ante la Diputación de Huesca -que se ha hecho eco y ha difundido las inquietudes de esa organización- en que lo que debe hacer el Gobierno aragonés es capturar los lobos que actúen en Aragón y «deportarlos», llevarlos fuera de esta región y devolverlos a los territorios de los que procedan.

El Gobierno aragonés, sin embargo, insiste en que no está por la labor de erradicar la extensión de los lobos por la región e insta a los ganaderos a que sean comprensivos, mientras prepara para ellos un protocolo de ayudas económicas y de actuación administrativa en caso de sufrir ataques. Las ayudas económicas todavía no existen, pero, mientras tanto, la Administración regional sí que ha establecido un protocolo que impone a los ganaderos nuevas encomiendas: por ejemplo, que cuando sus rebaños sean atacados por los lobos, deben cubrir los animales que hayan resultado muertos, para que no se los coman las alimañas ni los buitres, permanezcan intactos y así puedan recoger muestras biológicas los especialistas de la Administración.

Asimismo, dice que habilitará ayudas económicas para que los ganaderos se doten de medidas de protección para evitar ataques de lobos. Por ejemplo, instalando vallados móviles que puedan ir trasladando junto a sus rebaños. También promete compensaciones económicas por la muerte de cabezas de ganado provocadas por los lobos. Pero a los ganaderos no les convence la medida. Dicen que ya están bastante castigados por la situación económica del sector ganadero como para tener que soportar nuevos costes. Y afirman, además, que algunas de las medidas sugeridas por la Administración son inviables. Por ejemplo, desde UAGA subrayan que introducir mastines para disuadir a los lobos conllevaría un gasto extra de unos 250.000 euros en la ganadería de la zona aragonesa que está sufriendo el problema.

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