Innovación

Una destilería de Cariñena logra producir electricidad a partir del vino

Con financiación de la UE, ha creado una planta experimental que genera energía con los restos de la destilación

Vendimia en campos de la Denominación de Origen Cariñena Fabián Simón

R. P.

La comarca zaragozana de Cariñena , una de las denominaciones de origen vitícolas más antiguas de España, se ha convertido en pionera en producir electricidad a partir del vino . Más exactamente, en aprovechar los restos de la destilación para extraer el hidrógeno y generar con él electricidad. El proyecto experimental, que ya ha dado sus primeros resultados, cuenta con financiación europea.

La iniciativa arrancó en 2016 y está despertando un interés creciente. En los últimos días, técnicos de la Comisión Europea han visitado la bodega que está desarrollando el proyecto para evaluar los resultados que se están obteniendo en la cooperativa Destilerías San Valero .

Este proyecto experimental que arrancó hace tres años cuenta con un presupuesto de un millón y medio de euros, financiado al 60% por el programa Life de la UE. El objetivo es establecer un sistema técnica y económicamente viable para utilizar los residuos de la destilación alcohólica como fuente de energía. La materia prima esencial son las denominadas «purgas», los residuos alcohólicos de baja calidad que se producen en el proceso de destilación que arranca con el prensado de las uvas. Además de vino, ese proceso genera también alcoholes de baja calidad, que son los que se aprovechan para convertir su hidrógeno en energía eléctrica.

El proyecto arrancó en octubre de 2016 y concluirá el próximo diciembre. Junto con Destilerías San Valero participan otras cuatro entidades: Innotecno Development S.L., como coordinador del proyecto; la Asociación valenciana para la Investigación de la Industria del Juguete, Conexos y Afines; Ingeniería para el Desarrollo Tecnológico S.L. (Indetec), y el Instituto de Tecnología Química, integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CESIC).

El director gerente de Destilerías San Valero, Alberto Arellano, ha resaltado que el proyecto es una alternativa al uso de combustibles convencionales no renovables, con la ventaja de dar utilidad a un residuo industrial, lo que permite también reducir costes de producción. De momento, el experimento ha cuajado con la puesta en marcha de una pequeña planta piloto que, a pequeña escala, produce energía suficiente para alimentar la batería de una barredora. Pero se cree que, con este mismo método, se podría llegar a generar electricidad suficiente para cubrir el 10% del consumo que tiene Destilerías San Valero.

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