La tensión de nazis y antifascistas marca una amarga ofrenda

La izquierda radical aparca su tradición de quemar banderas y retratos del Rey

Imagen aérea de la manifestación Reuters

JESÚS HIERRO

La parafernalia era la habitual en la tradicional ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova, que marca el inicio de la maratoniana «Diada» independentista . Allí, los partidos –excepto PP y Ciudadanos–, sindicatos y decenas entidades culturales y deportivas depositaban sus flores ante la efigie del jurista y político, y «Els Segadors» sonaba en bucle en cada ofrenda. Luego, también en bucle, inevitables y predecibles declaraciones a la prensa de partidos y entidades, casi siempre predecibles y dentro del guión. Un ritual que, en lo institucional, transcurría sin incidentes más allá de los clásicos silbidos a los socialistas que, a diferencia del PPy Ciudadanos, sí participan en el acto.

Pero la tensión estaba a solo a unos metros, allí donde los Mossos establecieron un cordón policial. Más de un centenar de antifascistas, próximos a la CUP, se encararon a una treintena de neonazis, también independentistas , convocados por Unitat Nacional Catalana para hacer su ofrenda. Eran pequeños en número de efectivos pero prolíficos en tatuajes identitarios y decibelios. Cantaron, entre otras consignas, «puta España», «Cataluña para los catalanes» y «Visca Terra Lliure», en alusión a la extinta banda terrorista. Mientras, los jóvenes antifascistas, siempre separados por el cordón, trataban de impedir que los militantes de extrema derecha independentistas hiciesen su ofrenda , al grito de «un fascistas es un fascista, español o catalán». Los Mossos escoltaron a los neonazis para que pudieran acercarse ala efigie de Casanova. Pero la tensión, por suerte, no pasó de los insultos cruzados. Tampoco fue a más cuando la xenófoba Plataforma per Cataluña hizo su ofrenda, que acabó con el grito de «Cataluña Hispánica» entonado por sus miembros. Su centro floral, por cierto, lo arrancó luego un miembro de la ANJI, los jóvenes de la ANC. Lo arrebató de los pies del monumento y lo arrojó a un lado.

Sin incidentes se saldó también la manifestación alternativa organizada por la izquierda anticapitalista próxima a la CUP. Los antisistema aparcaron esta vez su costumbre de quemar el retrato del Rey y las banderas española y francesa. Tenían la tradición de que, cuando acababa la marcha, en el barrio del Born, y sobre un escenario, unos encapuchados prendieran fuego a estos símbolos nacionales. Nada de esto ocurrió ayer en una manifestación que transcurrió sin incidentes desde la plaza Urquinaona hasta el Born con los lemas de «Autodeterminación» y de «Independencia, socialismo y feminismo», y con cánticos de «independencia» y «contra el fascismo, acción directa».

Sí que había habido algún incidente horas antes, cuando jóvenes de Arran lanzaron botes de humo y pintura ante la fachada de la comisaría de la Policía Nacional al grito de «fuera las fuerzas de ocupación».

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