Susana Díaz aprovecha el 28-A para arremeter contra Moreno

Stella Benot

La clave es «encapsular» al Gobierno andaluz y dejarlo al margen de los vaivenes políticos. Proteger la Junta a capa y espada. Pero no es una tarea sencilla, porque el resto de las fuerzas del Parlamento andaluz no tiene los mismos intereses que el PP y Ciudadanos sino más bien todo lo contrario. Juanma Moreno había guardado silencio desde las elecciones del domingo, aunque este jueves asistió al Pleno del Parlamento.

En el centro de la polémica, las palabras de Pablo Casado con su giro pasando de considerar a Vox como un aliado ofreciéndole incluso ministerios a denominarlos «extrema derecha o ultraderecha». Un envite muy complicado para el PP andaluz que toma distancia de su líder nacional.

En la sesión de control de ayer Moreno demostró que la moderación es el camino que va a seguir al margen de los vaivenes de su partido: «Le agradezco a Vox su apoyo para generar entre todos confianza en un Gobierno sólido y estable, para que los ciudadanos sepan que nunca van a volver al Gobierno de los chiringuitos, de la corrupción y del pasado», le dijo al portavoz de este partido, Alejandro Hernández, zanjando cualquier atisbo de polémica. El tono del representante del partido más a la derecha del arco parlamentario también fue conciliador, aunque exigió «reformas profundas», un guante que Moreno recogió pero «en un clima sosegado, con un diagnóstico riguroso».

Mientras, las relaciones con el PSOE son mucho más tortuosas incluso que con Adelante Andalucía. La bancada socialista está en una situación muy delicada precisamente por la victoria de Pedro Sánchez en las generales. Y ese nerviosismo quedó patente ayer. La algarabía, la crispación y las interrupciones constantes por parte de los diputados socialistas fueron la tónica. Fuentes del entorno del presidente regional explicaban a ABC que Moreno no busca un enfrentamiento bronco con Susana Díaz porque ni es su estilo ni pretende socavar su posición... sobre todo porque considera que, en este momento, es el mejor rival posible.

Precisamente Díaz hace un análisis parecido porque considera que el Gobierno andaluz es inestable. Así, ambos líderes se culpaban mutuamente de «debilidad política» por los resultados electorales del 28-A. «Entró aquí como el presidente de Andalucía siendo la segunda fuerza política en la Cámara y ya hoy es usted la tercera fuerza. Veremos donde acaba todo esto» decía la expresidenta. «Usted tiene un problema con el medio millón. El medio millón de votos que ha sacado Pedro Sánchez más que usted y el medio millón de andaluces que tenía ocultos en las listas de espera sanitarias», fue la respuesta de Moreno.

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