Se suceden los dardos entre los militantes socialistas en plena «guerra» abierta

La crisis interna del PSOE que venían anunciando desde el pasado mes de julio los medios de comunicación ha terminado de estallar este 28 de septiembre. Desde que esta mañana Felipe González hiciese pública su frustración con Pedro Sánchez, de quien asegura que le prometió abstenerse a un Gobierno del PP en segunda votación, numerosos militantes socialistas han querido expresar su opinión en una u otra dirección.

El primero en contestar ha sido el propio secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, primero, a través de un comunicado, y después, en una entrevista concedida al diario.es. Sánchez ha asegurado que la decisión del «no» a Rajoy fue tomada en el último Comité Federal socialista a la vez que ha retado a Susana Díaz a desvelar si, como el expresidente del Gobierno González, quiere abstenerse ante Rajoy.

A raíz de este cruce de declaraciones públicas, el debate sobre la estrategia del PSOE que pretendía decidir Sánchez en el 39 Congreso del PSOE se ha anticipado y se han sucedido las opiniones de numerosos miembros del Partido Socialista, hasta que Antonio Pradas ha presentado en Ferraz la renuncia de diecisiete críticos de la Ejecutiva socialista con la que pretenden forzar la dimisión de Sánchez.

Guerra abierta

Tras él, habló en la Cope su número dos, César Luena, quien pidió a Felipe González que no confundiese «la realidad con sus deseos» y que escuchase más a la militancia. «Está muy bien hablar y dar una opinión pero es una obligación escuchar a los militantes y a los votantes para no confundir los deseos de uno con la realidad», remarcó después en una entrevista en Europa Press.

Antonio Pradas, antes de que saltasen a la luz las dimisiones de la Ejecutiva, ya había declarado que «el PSOE no es propiedad de sus dirigentes ni de sus militantes» sino que es «una herramienta de transformación que pertenece a toda la sociedad española».

El diputado del PSPV, Alfred Boix, se refirió este martes a no anteponer intereses personales a los del partido: «No anteponer tus intereses al proyecto siempre es la base del ADN socialista».

Además, uno de los barones socialistas que ya había expresado su disconformidad con Pedro Sánchez en anteriores ocasiones, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page aseveraba esta mañana que su secretario general «debería pedir disculpas» a Felipe González y esta tarde compartía ese «engaño» sentido por el que fuera secretario general del PSOE.

Por su parte, el portavoz en el Senado del Grupo Socialista Óscar López respondía a Felipe González que «la militancia del PSOE debe decidir votando quién dirige el partido y qué línea política debe seguir». Mientras que Ximo Puig pedía resposabilidades políticas a Pedro Sánchez en el caso de que «la conversación González-Sánchez» fuese «cierta».

En medio de esta espiral de respuestas, el diputado socialista por Guipúzcoa Odón Elorza llamaba a la paz en el partido: «Aún estamos a tiempo de evitar una ruptura en el PSOE. Hay una buena solución y debemos estar atentos para, en su caso, apoyarla».

En apoyo a Sánchez, Palacios, alcalde de Alcalá de Henares y secretario general del PSOE en esta ciudad, afirma tener tan claro que el «no es no» como la «gente que veo cada día». A su vez, el secretario de Organización del PSOE de Segovia, Alberto Serna, ha reconocido que las «aguas están revueltas» en el seno del PSOE y ha apuntado que la voz del partido debería ser «única».

La secretaria de Política Municipal del PSOE, Adriana Lastra, ha lamentado lo sucedido y ha señalado que no puede imaginar que sea cierto «que se esté llamando a miembros de la dirección federal para que dimitan y dar así un golpe de Estado» algo que supondría «una deslealtad con la organización y con la historia como no se vio nunca».

Postura oficial del partido

Por último, esta tarde ha comparecido de nuevo César Luena —esta vez desde Ferraz— y ha convocado a la Ejecutiva para este jueves a las 10:30 —sin los que han dimitido esta tarde— para debatir los pasos a seguir y convocar un Congreso extraordinario en el que se someta a referendo a toda la militancia.

Luena ha calificado de «muy grave» lo ocurrido y, aunque ha realizado un llamamiento a la prudencia, ha acusado a «algunos dirigentes» socialistas «de instigar» a favor de las dimisiones producidas para forzar la disolución de la Ejecutiva —con el consecuente fin de la secretaría general de Sánchez— y que una gestora rigiese el partido con no sabe «qué objetivos».

Reacciones a la rueda de prensa en Ferraz

Al respecto, Tomás Gómez, a quien Pedro Sánchez destituyó como secretario general del PSM, ha sido rotundo al constatar que «Zapatero dejó al PSOE en crisis, sin frenos. Sánchez los deja cayendo al barranco, incapaz de al menos girar y evitar caer!». «Imposible imaginar una salida con más deshonor e indignidad de un secretario general socialista. Pedro Sánchez deja muerto al PSOE», ha añadido.

Antonio Pradas, que ha entregado las firmas en Ferraz, ha opinado que «Luena no puede hacer de juez y parte y convocar una Ejecutiva que ya no se puede convocar». Además, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha declarado que «ha habido de todo menos diálogo. Ha habido mucha imposición y mucha trampa, pero no diálogo. El partido no puede celebrar su Congreso para resolver un problema, tiene que celebrar un congreso para proyectarse hacia el futuro». Y siguiendo la línea pacificadora de Elorza, ha continuado alegando que «estamos a tiempo de sentarnos a hablar y evitar el espectáculo final».

En apoyo a Sánchez ha salido vía Twitter María A. Trujillo, ministra de Vivienda con Zapatero, que ha ironizado sobre el miedo a salir «de Ferraz esta noche».

Yo no saldría de Ferraz esta noche x si llegan los críticos con el cerrajero...@PSOE

— María A. Trujillo (@matrujil) 28 de septiembre de 2016