El PP rechaza la renovación del Consejo de Seguridad Nuclear

Los populares acusan al PSOE de pactar con Podemos el fin de las centrales nucleares

El secretario general del PP, Teodoro García Egea Isabel Permuy

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Se avecina otra tormenta política entre el Gobierno de Sánchez y el Partido Popular, en este caso por la renovación del Consejo de Seguridad Nuclear . La composición de este organismo, encargado de la seguridad nuclear en España y la protección radiológica, está pensada para que se apruebe por consenso, sobre todo entre las dos principales fuerzas políticas del país. Pero la situación actual, con un presidente que rompió cualquier diálogo con el líder de la oposición y con un Gobierno que tiene como socios a populistas e independentistas, impide que pueda llegarse a un pacto de Estado entre el PP y el PSOE. Fuentes de la dirección del PP confirmaron a ABC que rechazarán la renovación de consejeros en este organismo. Más aún, en Génova advierten que no habrá ningún acuerdo con el PSOE para elegir los miembros de otras instituciones mientras Sánchez «esté en manos de los independentistas» .

El Consejo de Seguridad Nuclear afronta días clave para elegir a sus nuevos miembros, durante los próximos seis años, justo en un momento decisivo para el futuro de las centrales nucleares en España.

La renovación del Consejo, máximo órgano supervisor de un sector estratégico, afectaría a cuatro de los cinco consejeros: Fernando Martí (presidente), Rosario Velasco (vicepresidenta), Fernando Castelló y Jorge Fabra, este último, nombrado en sustitución de Cristina Narbona que renunció a su cargo al aceptar la Presidencia del PSOE, se jubiló en diciembre. Javier Dies, nombrado en 2015 a propuesta del Gobierno del PP como sustituto de Antonio Gurgui, aún le quedan varios años por delante en su cargo, por lo que a finales de febrero, el Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear se quedaría solo con un vocal.

La propuesta para nombrar al presidente y a los vocales de CSN debe pasar de forma obligada por la Comisión de Transición Ecológica del Congreso de los Diputados, y necesita un respaldo de las tres quintas partes, que es una garantía introducida para que los vocales se elijan por consenso, y no por imposición de una parte.

Pero si no se alcanza un acuerdo parlamentario, como puede ser el caso, previsiblemente, el Ejecutivo tiene la potestad de nombrar a los consejeros por decreto.

Hasta ahora, el reparto de la cúpula del Consejo había sido de dos miembros para el PP, dos para el PSOE y uno para los nacionalistas catalanes, pero tras la deriva independentista de estos , los populares han designado uno más en los últimos años.

El papel de Podemos

El PP denuncia que, en este momento, el Gobierno socialista está negociando la composición del Consejo con Podemos, para dar entrada a esta formación populista y antinuclear . Es otro motivo más para que Pablo Casado diga «no» de forma rotunda a una renovación que, a juicio de los populares, pondrá en riesgo el futuro energético de España, y que solo tiene como objetivo la «desnuclearización» del país, sin ver las consecuencias que tendría para los consumidores y para los trabajadores del sector.

«Quieren un Consejo para desnuclearizar España, para acabar con las centrales nucleares, y lo quieren pactar con Podemos. El PP no va a estar ahí», subrayan fuentes del equipo de Casado. «No aceptamos que entre Podemos en el Consejo», remarcaron.

A todo esto se une que las relaciones entre el Gobierno y el PP están rotas . Fue Pedro Sánchez quien, el pasado 24 de octubre, anunció solemnemente que rompía el diálogo con el jefe del principal partido de España , después de un rifirrafe parlamentario, en el que Casado acusó al presidente del Gobierno de ser responsable de un golpe de Estado en Cataluña. Desde entonces, Sánchez ha ignorado al jefe de la oposición, y por extensión a los constitucionalistas, y reduce sus relaciones políticas a sus socios, es decir, populistas e independentistas , sobre todo. Sánchez no ha llamado a Casado en todo este tiempo para hablar de la situación en Cataluña, pero tampoco para fijar una posición común sobre Venezuela o sobre el Brexit, en un momento muy delicado en la política internacional.

El inexistente diálogo se traslada a la renovación de órganos fundamentales, como este de Seguridad Nuclear, o del Consejo de Administración de RTVE, o también el del Consejo General del Poder Judicial. Desde el PP se asegura también que no reconocen al Gobierno de Sánchez como «interlocutor válido» y no se sentarán a una mesa con el Ejecutivo socialista «mientras esté en manos de los independentistas».

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