El juez vuelve a relajar las medidas cautelares de Villarejo

Fiscalía se opone por riesgo de fuga y la «existencia de un considerable patrimonio en el exterior aún bajo su control»

El comisario José Manuel Villarejo, en marzo, a su salida de la cárcel de Estremera ABC

Isabel Vega

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El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha vuelto a relajar las medidas cautelares que pesan sobre el comisario José Manuel Villarejo desde que fue puesto en libertad provisional el pasado mes de marzo y con la posición en contra de la Fiscalía Anticorrupción.

Si a su salida de prisión, además de retirarle el pasaporte y prohibirle abandonar el país, el instructor le impuso la obligación de comparecer diariamente ante un juzgado de Boadilla del Monte (Madrid), donde tiene su residencia; en abril García Castellón atendió la petición del comisario y dejó en semanal la frecuencia con la que debía personarse para prevenir el riesgo de fuga.

Tras algo más de dos meses cumpliendo ese mandato cada lunes, la defensa del comisario volvió a instar una mayor flexibilidad. En un auto al que tuvo acceso ABC, García Castellón acuerda ahora que e sas comparecencias pasen a ser quincenales teniendo en cuenta, por un lado, que Villarejo ha cumplido las medidas impuestas sin incidentes hasta la fecha y, por otro, su estado de salud y «las dificultades de movilidad por razón de los diversos padecimientos del que el instructor ha tenido conocimiento al tiempo de su permanencia en prisión». Estima, en definitiva, que es «razonable».

"Un considerable patrimonio en el exterior"

Anticorrupción, sin embargo, no comparte este criterio. Como recordaba su informe al respecto, al que tuvo acceso este diario, Villarejo no quedó en libertad provisional por «una desaparición de las circunstancias que evidenciaban un elevado riesgo de fuga y de reiteración delictiva», sino por una cuestión de plazos: cumplía cuatro años en prisión en el mes de noviembre y con el calendario en la mano, no parecía que fuese a dar tiempo a juzgarle antes.

Ahora, en opinión de los fiscales ese riesgo se ha incrementado porque la vista oral está a la vuelta de la esquina: se sentará en el banquillo por primera vez en el caso Tándem el próximo mes de octubre. Además, Anticorrupción argumenta que sigue existiendo «un considerable patrimonio en el exterior aún bajo control del investigado », a la luz de lo que ha ido revelando sobre sus negocios la instrucción de la macrocausa.

Esta situación, argumentaban, «requiere el mantenimiento de la medida impuesta con una periodicidad que materialmente sea idónea para enervar aquel riesgo de fuga, impidiendo o al menos dificultando su salida del territorio nacional con la finalidad de eludir sus responsabilidades penales, siendo un factor relevante a considerar la proximidad de la celebración del juicio oral ».

En ese primer juicio, Villarejo afrontará tres de las treinta piezas separadas que se han venido incoando en la Audiencia Nacional desde noviembre de 2017 en relación a su doble vida de policía y empresario. No obstante, ha sido procesado en cinco piezas más cuya instrucción a tocado a su fin este mes de julio y que le enfilan, de nuevo, hacia el banquillo y que ofrecen para él un horizonte penal superior a los cien años de cárcel.

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