Cuando la violencia toma las calles

Los incidentes en el barrio de Gràcia de Barcelona, donde los okupas han provocado graves disturbios durante varias noches seguidas, recuerdan a otros episodios de violencia urbana en España y el extranjero

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  1. Los disturbios de Gamonal (Burgos) en 2014

    Los manifestantes del barrio de Gamonal
    Los manifestantes del barrio de Gamonal - EFE

    Hace dos años el barrio de Gamonal en la ciudad de Burgos fue el escenario de una cruda batalla urbana. Los vecinos del barrio iniciaron sus protestas contra el Ayuntamiento por el comienzo de las obras para construir un bulevar en la calle Vitoria, la más emblemática del barrio.

    Las protestas se fueron radicalizando y empezaron a acumularse detenidos en las cuentas de las manifestaciones. Tras varias jornadas de mucha tensión entre los protestantes, cada vez más violentos frente a la policía (varios grupos radicales ganaron peso en las protestas), el Ayuntamiento de Burgos terminó paralizando las obras que incendiaron la mecha.

  2. La batalla campal en las fiestas de Pozuelo de Alarcón, en 2009

    Una imagen de los disturbios en las fiestas de Pozuelo de Alarcón
    Una imagen de los disturbios en las fiestas de Pozuelo de Alarcón - EFE

    Las fiestas de Pozuelo de Alarcón de septiembre de 2009 se convirtieron en una batalla campal. Hasta veinte personas terminaron detenidos por unos enfrentamientos violentos entre los jóvenes y la Policía Nacional, y diez agentes del orden terminaron heridos. Hubo además muchísimos daños materiales, entre ellos el incendio de un coche de policía.

    Todo empezó hacia las tres de la mañana y terminó hacia las seis. Entre medias, tres horas de guerra urbana, culminadas con un intento de asalto a la comisaría de Pozuelo de Alarcón que terminó frustrado por la actuación de las autoridades.

  3. Las violentas protestas en Ferguson (EE.UU.)

    Varias personas vuelcan un coche de policía en Ferguson
    Varias personas vuelcan un coche de policía en Ferguson - REUTERS

    El 9 de agosto de 2014, Michael Brown, un chico de raza negra de la ciudad americana de Ferguson, murió después de ser disparado por Darren Wilson, un oficial de policía de esta localidad de Missouri. Wilson disparó varias veces a Brown, que había robado unos paquetes de cigarrillos de una tienda cercana, pese a que no iba armado.

    Esta noticia provocó una ola de violencia en Ferguson, donde los afroamericanos saltaron a las calles, ya que no era el primer caso de un joven negro disparado por la policía en Estados Unidos en los meses anteriores. Aunque parte de las protestas por la muerte de Michael Brown fueron pacíficas, Ferguson terminó por convertirse en un campo de batalla entre manifestantes indignados y la policía. Se multiplicaron los arrestos durante unas semanas, hasta que la calma empezó a ganar terreno.

  4. Los asaltos masivos en Londres

    REUTERS

    La capital británica tuvo en 2011 unas jornadas de violencia en sus calles. Igual que en Ferguson, los incidentes comenzaron con un joven muerto por un disparo de la policía: Mark Duggan, de 29 años, recibió un balazo mortal de la Policía Metropolitana porque le consideraban sospechoso de realizar un ataque, y pensaban que iba armado.

    Las protestas por la muerte de Duggan crecieron como una bola de nieve: empezaron como una manifestación pacífica, siguieron con unos altercados con la policía y terminaron en auténticas revueltas, extendidas más allá de Londres. Enfrentamientos con las autoridades, la quema de coches y edificios, asaltos de negocios… en unos días estas prácticas se habían extendido desde la capital hasta numerosas ciudades de Inglaterra. Una semana después, 3.000 personas habían sido arrestadas en todo el país.

  5. La quema de coches en Francia

    Un joven pasea al lado de coches quemados en las afueras de París en 2005
    Un joven pasea al lado de coches quemados en las afueras de París en 2005 - AP

    Quizá el más grave de estos incidentes fueron las revueltas en Francia, especialmente en los suburbios de París. En octubre de 2005, dos jóvenes murieron porque, al creerse perseguidos de la policía, se electrocutaron al esconderse en una estación. En ese momento empezaron los disturbios, en los que numerosos jóvenes empezaron, sobre todo, a incendiar coches.

    La quema de vehículos se convirtió casi en un símbolo de las protestas, que se ampliaron a muchas ciudades del hexágono. Las barriadas de clase obrera de la periferia de los grandes núcleos de población se tiñeron de rojo fuego durante casi un mes, hasta que la llama se apagó y el Gobierno de Sarkozy aseguró tener, por fin, controlada la situación.

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