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Artur Mas en el momento de la firma - afp

Mas firma un decreto ordinario pero insiste en ver el 27-S como un plebiscito

El presidente catalán, tras la firma: «Somos una nación libre con derecho a decidir»

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Con nocturnidad, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha firmado el decreto de convocatoria de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre. Se trata de los terceros comicios catalanes que se celebran en cinco años, consecuencia de los bandazos ideológicos y declives electorales de Convergència, formación convertida al independentismo.

Al igual que la firma del decreto de convocatoria de la consulta secesionista del 9 de noviembre de 2014, el trámite electoral cumplimentado por Mas ha tenido su puesta en escena -oportunamente retransmitida en directo por la televisión catalana a las 21 horas-, acorde con esa connotación plebiscitaria que las formaciones secesionistas otorgan al 27-S, a pesar de que se trata de una cita electoral ordinaria.

El texto se ajusta perfectamente a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg)

dado que Cataluña es la única comunidad autónoma que carece de ley electoral propia -los partidos han llegado a acuerdos de poco calado en este sentido en el Parlamento catalán-. Dicho de otra manera: el decreto carece de referencias «plebisictarias», puesto que Artur Mas no ha querido dar argumentos al Gobierno para que impugne lo que no deja de ser un puro trámite. El documento, idéntico al de las convocatorias de 2010 o 2012, fue leído por el secretario del Gobierno, Jordi Baiget.

Situación excepcional

«Se convocan elecciones al Parlament de Cataluña, que tendrán lugar el día 27 de septiembre de 2015», indica el texto, según el cual «queda disuelto el Parlament de Cataluña elegido el día 25 de noviembre de 2012». Las circunscripciones electorales de Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona «elegirán, respectivamente, 85, 17, 15 y 18 diputados». La campaña electoral durará 15 días, «comenzará a las cero horas del día 11 de septiembre de 2015 y acabará a las veinticuatro horas del día 25 de septiembre de 2015». Este decreto entrará en vigor hoy, tras su publicación en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC).

La firma se ha hecho esperar, lo que algunas fuentes políticas han interpretado como un intento de evitar una reacción inmediata del Gobierno. El líder independentista se se ha guardado la carga ideológica para la declaración institucional que ha venido después.

«Somos una nación de personas libres que nos hemos ganado el derecho a decidir», aseguró Artur Mas, quien ha justificado el nuevo adelanto electoral -los comicios catalanes se tenían que celebrar en noviembre de 2016- en el hecho de que «Cataluña no vive una situación normal» pues el Estado, ha dicho en su intervención televisiva, ha impedido que los catalanes puedan decidir su futuro, «negando el diálogo y la negociación». Por tanto, según el máximo dirigente convergente, «una situación excepcional requiere decisiones excepcionales».

El presidente catalán está convencido de que el próximo 27 de septiembre «todo el mundo nos volverá a observar, hagamos de la confrontación de propuestas un ejercicio de diálogo», en alusión a la repercusión del proceso secesionista que él mismo emprendió en 2010 con un programa electoral basado en el pacto fiscal y que, dos años después, mutó en transición nacional hacia el Estado propio catalán. «Creo que podemos hacer del próximo 27 de septiembre una fecha señalada en nuestra historia. La democracia es ahora la protagonista. Un futuro hecho de democracia, justicia y libertad, es el horizonte», ha concluido el presidente autonómico.

El acto, que tuvo lugar en el Palau de la Generalitat, contó con la presencia de la presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert; la vicepresidenta de la Generalitat, Neus Munté; el consejero de Presidencia, Francesc Homs, y la consejera de Gobernación y Relaciones Institucionales, Meritxell Borràs.

Este formato recuerda al de la firma del decreto de convocatoria de la consulta secesionista del 9-N, posteriormente suspendida por el Tribunal Constitucional, previo recurso del Gobierno. En aquella ocasión, Mas convocó a los medios de comunicación y a los líderes de los partidos que apoyaban la consulta a un acto solemne en el Palau de la Generalitat. Asistieron el presidente de ERC, Oriol Junqueras y el dirigente de la CUP, David Fernández -esta formación no ha querido secundar la lista común de CDC y ERC-, así como varios representantes de Convergència. En aquella imagen aparecía Ramon Espadaler, entonces consejero de Interior de la Generalitat y que ahora competirá con Mas como candidato de UDC, tras consumarse la ruptura entre CDC y los socialcristianos. Iniciativa per Catalunya no asistió, pues ya se había descolgado de la huida hacia adelante de un dirigente nacionalista con pésimas perspectivas electorales.

Fetichismo soberanista

La firma del decreto de la consulta soberanista fue calificada como otra de esas jornadas «históricas» que han jalonado el proceso secesionista desde que Artur Mas revalidó la presidencia de la Generalitat en 2012 con un programa claramente rupturista. El soberanismo más fetichista llegó a disputarse incluso la pluma con la que el líder de CDC firmó la convocatoria. Tras la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional, Mas convocó finalmente un sucedáneo de referéndum en el que solo votaron uno de cada tres catalanes.

El mundo soberanista no está dispuesto a conceder una tregua veraniega y «Ara és l’hora», plataforma que agrupa a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, ha convocado un acto para esta tarde con la finalidad de expresar el carácter carácter plebiscitario de las elecciones bajo el lema «27-S, donde todo empieza». En esta concentración, que tendrá lugar en la plaza Sant Jaume -donde están situadas las sedes de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona- se desplegará una gran lona con un mensaje en el que se instará a los catalanes a participar en dos citas «trascendentales», en referencia al 27-S y al 11 de septiembre, Diada de Cataluña y que coincide con el arranque de la campaña de las elecciones.

Como se sabe, la ANC y Òmnium han organizado las masivas movilizaciones separatistas de la Diada de los tres últimos años, pero en esta ocasión, forman parte de la candidatura unitaria independentista «Junts pel sí» -en la que también participan Artur Mas, Oriol Junqueras y otros representantes de la sociedad civil soberanista-, lo que desmonta el carácter espontáneo y ciudadano que siempre se ha dado a esas concentraciones, al tiempo que podrían dar lugar a una prohibición de la Junta Electoral.

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