Solo el 10% de las bases de Podemos avala la política de pactos de Pablo Iglesias

La consulta que la dirección de Podemos lanzó a sus bases y con la que pretendía legitimar su cuestionada política de alianzas preelectorales se ha saldado con un 11,76% de participación, el dato más bajo de todos los procesos internos del partido. De los 44.792 votos registrados, de un censo de 380.655 inscritos, el 85% ha votado sí a que el Consejo Ciudadano del partido establezca acuerdos autonómicos con otras formaciones, lo que supone que solo el 10% de las bases le ha dado su apoyo. La cifra vuelve a ser muy baja, tal y como ocurrió con el proceso de primarias con el que Pablo Iglesias logró imponer a todo su equipo en las listas al Congreso de los Diputados (la participación apenas llegó al 16%).

De hecho, el partido exige el apoyo de un 10% de las bases a la propuestas que éstas planteen sólo para ser estudiadas.

Según explicó ayer el secretario de Organización, Sergio Pascual, «el nombre de Podemos estará en las papeletas para las generales en todo el terriotorio español» y ello implica, según su criterio, «refinar» la hoja de ruta de Vistalegre, a la que el partido se ha aferrado para acallar las voces de quienes pedían un proceso de confluencia a nivel estatal. El problema en este punto fue la propia pregunta planteada a las bases. «¿Aceptas que el Consejo Ciudadano de Podemos, en aras de seguir avanzando en una candidatura popular y ciudadana, establezca acuerdos con distintos actores políticos y de la sociedad civil siempre que se establezcan a escala territorial (nunca superior a la autonómica) y se mantengan siempre el logotipo y el nombre de podemos en el primer lugar de la papeleta electoral incluso si eso implica concurrir a las elecciones generales en algunos territorios con fórmulas de alianza (Podemos-X)?».

El sí avalaría sólo este tipo de alianzas en territorios concretos, per o en ningún caso se aludía a la posibilidad de una candidatura de unidad popular, como pedían sectores del partido. El nacimiento de Ahora en Común, que incluye a miembros de Podemos entre sus simpatizantes, busca precisamente esa candidatura al estilo de las municipalistas para las generales, y espera sumar al partido de Iglesias a su proyecto.

Pero además, desde algunos territorios se quejan de que la consulta no se ha realizado a nivel territorial, sino a todas las bases en su conjunto, lo que impide comprobar cuál es la postura con respecto a cada alianza concreta. Es lo que ha ocurrido en Cataluña, donde dirigentes críticos lanzaron el viernes un manifiesto que arremete contra el proceso de confluencia con ICV o EUiA instigado por la dirección -se titula «No a la coalición de partidos, sí a la confluencia ciudadana»-, en el que se denuncia la «falta de información» sobre las negociaciones realizadas para este pacto, en la que los círculos sólo podían «teorizar» sobre las posibilidades del proceso lo que, según los firmantes, convierte las votaciones sobre el tema en un «mero trámite con muy poco margen de maniobra».

«La ciudadanía no espera una suma de siglas», insistió Pascual para defender su negativa a confluir con otras formaciones a nivel estatal. Pero sí defiende que lo espera en regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana o Galicia, bajo el argumento de que confluirán con «fuerzas con un ADN similar al de Podemos». «Seríamos más fuertes en esos espacios para hacer llegar nuestro mensaje», indicó Pascual. Y se enrocó en que Podemos es »quien más ha avanzado en la construcción de un sujeto popular a nivel estatal».