lavozdigital.es
nuboso
Hoy 5 / 18 || Mañana 7 / 16 |
más información sobre el tiempo
Estás en: >
Noticias

la carrera hacia la casa blanca

Los tres silencios de Hillary

02.11.12 - 01:10 -
Los tres silencios de Hillary
Hillary Clinton, secretaria de Estado de EE UU. / Jim Lo Scalzo (Efe)
Hay tres instantes decisivos en la vida personal y política de Hillary Rodham Clinton, secretaria de Estado de la administración Obama, tan bien escrutada durante años, de los que nunca sabremos nada hasta que lo cuente en unas probables memorias. Uno es por qué se casó con William Jefferson Clinton contra la discreta oposición de su círculo personal, otro es cómo digirió la explosión del affaire de Mónica Levinsky con el tal William, devenido Bill Clinton, presidente de los Estados Unidos…
Y el tercero, y el más relevante a nuestros efectos, qué pacto alcanzó con Barack Obama en el piso de un amigo común en Nueva York en el verano de 2008 para renunciar al asalto final en la Convención demócrata y garantizar la designación por aclamación del aspirante-sorpresa convertido en candidato solvente. Varias horas de conversación le garantizaron, por lo menos, que en caso de victoria ella sería secretaria de Estado.
Ya era una brillante senadora, elegida por Nueva York en 2001 en sustitución de un admirado peso pesado del partido, Patrick Moyniham, y reelegida en 2004. A mitad de la segunda presidencia de Bush, y animada por discretos sondeos tomó la decisión de ser candidata demócrata en las primarias. Todos creímos entonces que ganaría y habría ganado, y de corrido probablemente, si no hubiera aparecido en escena un parvenu con solo dos años de Senado, un tal Barack Obama, quien desafió la lógica, todas las lógicas, concurrió y ganó en el sprint final. Ahí llegó el pacto, con toda probabilidad estimulado por el candidato a la vicepresidencia, el acreditado Joe Biden, cuyo fichaje como segundo fue, sin duda, uno de los grandes aciertos del novel personaje.
Desde Arkansas, con Bill…
Casada en 1975 con Bill Clinton, un año más joven que ella, le ayudó a ganar la elección para gobernador de Arkansas que, en periodos sucesivos, le dio cierta envergadura nacional y a ella, abogada de prestigio entonces, un primer contacto con la política profesional. Le serían de gran valor cuando debió ejercer como primera dama entre 1993 y 2001. La deriva Levinsky, que ella trató con una destreza hecha con la materia del olvido, terminó por servirle. Y mucho, de creer una opinión muy extendida: la sociedad norteamericana compartió en general su conducta, una mezcla de sobriedad y paciencia que aparentemente siempre excluyó el divorcio.
En esas circunstancias y mucho antes de que el matrimonio dejara la Casa Blanca, ya había un potente comité de simpatizantes demócratas resuelto a meterla en política como aspirante a un escaño en el Senado por Nueva York. Reelegida, se convirtió bajo la administración Bush en la gran esperanza demócrata. Fue literalmente empujada a competir por la presidencia: por fin, habría una mujer en la Casa Blanca.
… Y en esto apareció Obama
Era no contar -nadie contaba entonces con que un senador con solo dos años en Washington- se lanzaría al ruedo y ganaría. Obama, más cercano a la izquierda demócrata tradicional, tenía un tanto a su favor: él, como modesto legislador en Chicago, había votado contra la decisión de Bush de invadir Iraq… lo que Hillary no hizo en Washington.
Hoy se ve como incoherente su voto favorable a dar a Bush luz verde para recurrir a medios militares contra Saddam, basada en informaciones inventadas y verdades a medias, aprobada el 11 de octubre de 2002. Pero el ambiente de entonces explica que de cien senadores, 77 la aprobaron, pero 23 no, de los que 21 eran demócratas. Entre ellos no estuvo Hillary… quien se atuvo, como prácticamente todos los firmantes ilustres (John Kerry, Joe Biden…) a escribir un tardío artículo en la prensa mostrando su arrepentimiento. Uno no debió hacerlo porque se opuso en su día: se llamaba Edward Kennedy.
El resto es más reciente y es más conocido: ha sido, está siendo, una secretaria de Estado de primera y a ella se debe la gestión, juzgada inteligente y de éxito, por Washington de la primavera árabe… Hizo saber hace ya varios meses que quiere dejar la Secretaría si Obama es reelegido y ya se habla del senador John Kerry para el puesto… Y sus fans, que son legión, pueden entender que cuatro años después, en 2016, con 69 años, sería tal vez un poco tarde para aspirar a la presidencia. Es lo único que le faltará a esta abogada, esposa y política… que nos debe, eso sí, unas memorias…
TAGS RELACIONADOS
Videos de INTERNACIONAL
más videos [+]
INTERNACIONAL
lavozdigital.es

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.