Joe Biden, vicepresidente de EE UU. / Charles Dharapak (Ap)
Joseph 'Joe' Biden es uno de los políticos más veteranos de Estados Unidos. Hace cuatro décadas fue elegido senador por primera vez con apenas 29 años y fue reelegido siete veces hasta asumir la vicepresidencia. Su gran experiencia en asuntos de política exterior y la facilidad que tiene a la hora de conectar con la clase media estadounidense fueron claves en su elección.
Nacido en 1942 en el seno de una familia humilde de Pensilvania, Biden estudió historia y ciencias políticas en la Universidad del estado de Delaware, antes de graduarse de abogado en la de Siracusa. En 1973 se convirtió en uno de los miembros más jóvenes del Senado y desde entonces ha conservado la representación de su estado de adopción. Entre 1987 y 1995 presidió la Comisión de Justicia del Senado, antes de asumir la de Relaciones Exteriores, lo que le ofreció una amplia experiencia de la política internacional y una serie innumerable de misiones en el extranjero.
Desde principios de los años 90, Biden preconizó el levantamiento del embargo de armas impuesto a Bosnia y fue uno de los primeros en calificar a Slobodan Milosevic como criminal de guerra. En 1999 redactó junto a John McCain la autorización concedida a Bill Clinton para el uso de la fuerza en Kosovo. A finales de 2001 presidió las audiencias sobre los atentados del 11-S y luego respaldó la guerra de Irak, aunque exigió el aval de las Naciones Unidas. Más tarde fue uno de los primeros que reclamó la clausura de los campos de detenidos en la base naval de Guantánamo.
Moderado
Biden, que hasta en dos ocasiones (1998 y 2008) emprendió la carrera por la Casa Blanca, se ha ubicado siempre en la franja centrista del Partido Demócrata, con posturas moderadas sobre los clásicos temas de sociedad como el aborto, el matrimonio homosexual y la pena de muerte. Ha apoyado medidas que favorecen a la clase media, otras que facilitan el acceso a la Universidad, y una ley para la recuperación y la reinversión en la industria del país. También ha prometido proteger la pensión de los jubilados, y mantener la seguridad de la nación y de los ciudadanos.
Impecable en su aspecto, a menudo mordaz pero siempre inteligente, tiene sin embargo un borrón en su expediente que lo ha perseguido durante su carrera: en 1987 plagió parte de un discurso durante el que fue su primer intento de coqueteo con la presidencia de Estados Unidos, con vistas a las primarias del año siguiente. En cambio, su vida personal es una historia de dedicación y perseverancia. La muerte de su mujer y de su hija mayor, causada por un conductor borracho, tuvo lugar en diciembre de 1972, poco después de su elección para el Senado, pero él no se ahogó en la amargura y se volcó en los otros dos hijos de la pareja, que estaban gravemente heridos. Unos años después, conoció en una cita a ciegas a su segunda esposa Jill, con la que tuvo una hija. En 1988, un aneurisma cerebral lo llevó al borde de la muerte pero tras varias operaciones, logró recuperarse y volver al Senado con el pelo más blanco pero la misma fuerza de siempre.
Recientemente acusó a los republicanos de defender solo a un sector privilegiado, y añadió que de llegar a la Casa Blanca "encadenarían" a la sociedad. "En ocasiones me critican por decir las cosas a la cara. Pero no va a cambiar", ha asegurado. Aunque su carácter locuaz e impulsivo le hace cercano al votante, le ha valido también las críticas de quienes le ven como un metepatas, capaz de hacer descarrilar a Obama.
