Ricardo Serra, presidente de Asaja
Ricardo Serra, presidente de Asaja
ENTREVISTA

Ricardo Serra: «Los citricultores están saliendo de la peor racha de los últimos 20 años»

La patronal agraria recibe el nuevo año con «optimismo» ante la recuperación de sectores claves en el campo como los cítricos, el olivar o el ibérico

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El presidente de la mayor organización agraria a nivel provincial, Ricardo Serra, asegura que «hay motivos para pensar que las cosas en el campo pueden ir a mejor», ya que «el consumo está más activo y los agricultores vivimos de vender nuestros productos». El líder de la patronal agraria analiza la situación de los distintos sectores en 2015 y sus perspectivas para este nuevo año, realizando un balance con más luces que sombras. Entre las primeras destaca la aplicación de la nueva PAC, el incremento de la renta agraria y la recuperación de sectores estratégicos para la economía regional como los cítricos, el olivar y el ibérico, además de la estabilidad en los cereales. Como factores negativos, Serra señala la gestión de los fondos de desarrollo rural del anterior marco 2007-2013, los elevados costes energéticos y la alta prevalencia de enfermedades ganaderas en Andalucía.

—En 2015 el campo estrenó reforma agraria. ¿Cómo valora la aplicación de la nueva PAC en Andalucía?

—Valoramos el esfuerzo que ha hecho la comunidad autónoma por abonar el anticipo de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), sobre todo, ante la carga burocrática que han soportado los funcionarios de la Administración regional. Un esfuerzo que ha permitido que miles de agricultores puedan cobrar hasta el 70% de las ayudas correspondientes al pago básico y de pequeños agricultores, al pago verde, así como de la ayuda complementaria a los jóvenes agricultores y de la ayuda asociada al vacuno de leche. No obstante, esta ingente gestión de expedientes ha generado algunos problemas, por lo que muchos agricultores se han quedado sin cobrar, pero son problemas que entendemos debido al enorme trabajo burocrático que conlleva.

—¿El pasado ejercicio fue el año de la recuperación en el campo?

—Los precios siguen siendo la gran batalla del campo, pero es verdad que se están dando pasos en el sentido correcto. La Ley de la Cadena Alimentaria está funcionando y la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) como supervisora de la ley está haciendo un buen papel, controlando las operaciones comerciales y sancionando en caso de incumplimiento como en la ausencia de contratos. Además, ha habido un pequeño incremento en la renta agraria, según estadística, y muchos sectores que venían atravesando grandes crisis empiezan a ver la luz.

—La campaña de los cítricos está yendo mejor, ¿no?

—La campaña, que comenzó en octubre, está yendo razonablemente bien. La ausencia de lluvias en noviembre ha permitido muchos días de recolección y la naranja ha salido del campo regularmente. Además, el mercado está tirando más, se vende más producto y más rápido, y la calidad de la fruta es buena. Los productores de cítricos están saliendo de la peor racha de los últimos 20 años, pues los precios están siendo buenos, sobre todo si lo comparamos con las cotizaciones de las últimas cosechas.

—¿Cuáles son las perspectivas para la segunda fase de la campaña?

—La variedad Navelina ya se ha cosechado y se ha movido en una horquilla de precios en árbol entre los 0,15 y los 0,20 euros, según calidades. Por otra parte, la industria del zumo está pagando precios buenos, entre 0,16 y 0,18 euros frente a 0,13 del año pasado. Respecto al final de la campaña, para la recolección de la variedad Navel Lane Late hay expectativas buenas, pues se habla de una cotización entre los 0,28 y 0,30 euros (frente a los 0,15 euros de la campaña pasada). No son valores maravillosos, pero veníamos de precios completamente de ruina.

—¿Cómo se prevé la próxima campaña de fruta de hueso?

—Del melocotón no se sabe nada de momento, aunque preocupa la falta de frío, pues una floración irregular significa fruta de distinto calibre, peores precios y, en resumen, problemas en la campaña. También es preocupante la falta de lluvia y el reparto irregular del agua, donde hemos tenido un mes de octubre muy lluvioso y otro de noviembre y diciembre prácticamente seco. Esta situación ha puesto al límite a algunos cultivos de invierno, como es el caso del trigo.

—¿El campo se encuentra ya en riesgo por la sequía?

—Andalucía está al 59,55% de su capacidad de agua embalsada, que es prácticamente igual que la media de los últimos diez años, pero 19 puntos por debajo de estas mismas fechas hace un año. Si tuviéramos un trimestre (enero, febrero y marzo) razonablemente húmedo, podríamos tener una dotación casi normal para el riego. Todavía no estamos en situación de alarma, pero si en un mes y medio no llueve, habrá problemas. No obstante, los cultivos de secano sí acusan ya la falta de precipitaciones, como el olivar, y no sabemos qué incidencia tendrá esto en la próxima campaña.

—El olivar de molino es otro cultivo que, como los cítricos, despidió 2015 en buena situación.

—El sector recuperó precios y actualmente las calidades de aceite lampante, virgen y virgen extra están por encima de los tres euros el kilo. El aforo habla de unas disponibilidades de 1.030.093 toneladas de aceite previstas en Andalucía para esta campaña, que se inicia sin stocks ya que la cosecha anterior fue muy corta. Se trata de un aumento respecto a la campaña 2014-2015 del 53% en la comunidad, aunque todo apunta a que los olivareros no tendrán problemas para comercializar su cosecha.

—¿Qué balance hace del resto de sectores agrarios?

—En el mercado de los cereales los agricultores recibieron buenos precios en el caso del trigo duro, que vivió un pico con cotizaciones muy altas en poco más de 20 días, algo bastante inusual. En cambio, los precios se mantuvieron estables en el caso del trigo blando y del maíz. Por contra, el girasol vivió una mala situación, tanto en rendimiento como en precio. Las proteaginosas crecen en el campo andaluz, como consecuencia de la obligatoriedad de la rotación de cultivos y también por la crisis del girasol. Y en la búsqueda de cultivos alternativos a los leñosos (como el olivar o los cítricos) el almendro en riego se consolida como un cultivo con muchas posibilidades en el futuro, debido a que la demanda mundial del consumo de este fruto seco supera a la oferta, lo que ha disparado el precio de la almendra hasta los nueve euros el kilo. Por último, para el algodón y la remolacha no ha sido un buen año. En el primer caso por el ataque de plagas como la heliothis o el gusano rosado y en el segundo por la paulatina reducción del cultivo, pese a que Europa es deficitaria en azúcar.

—Por último, ¿en qué situación están los ganaderos?

—En la ganadería se puede mirar al futuro con optimismo. El sector del cerdo ibérico mejoró su situación y los ganaderos caminan en la senda de la rentabilidad con precios que rondan los 32 euros por arroba. Además, la montanera ha sido de media a buena y la Norma de Calidad da estabilidad al sistema. También hay que resaltar que el consumo interno de los productos ibéricos ha mejorado. El ovino, pese a algunas oscilaciones, cuenta con precios aceptables, así como el vacuno extensivo. La ganadería intensiva sí está teniendo algunos problemas, y todavía hay que mejorar la prevalencia en Andalucía de enfermedades como la tuberculosis y la lengua azul

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