MYTAXILos taxistas miran con lupa la aplicación que promete revolucionar el sector

Hace poco más de un mes, José María Marín Quemada, presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), emitió una particular predicción. «Levantar la mano para pedir un taxi puede ser un gesto que nuestros hijos no entiendan», aseguró en un encuentro organizado por Deusto Business School Madrid y Ernst & Young. Dadas las constantes disputas entre la CNMC y este sector, muchos entendieron estas palabras como un nuevo ataque al taxi.

Un mes y medio después de este discurso, la industria del transporte urbano ha dado un nuevo vuelco. Tal y como predecía Marín Quemada. El anuncio de la adquisición de Hailo por parte de Daimler (MyTaxi) ha provocado el nacimiento de una gigantesca aplicación que se encarga de poner en contacto a usuarios con taxis en Europa.

Su objetivo es aglutinar a los taxistas bajo una misma herramienta y competir en igualdad de condiciones con Uber. En teoría, la nueva MyTaxi cuenta con el apoyo de miles de trabajadores. Pero solo en teoría.

La patronal del taxi (Fedetaxi) ha emitido un comunicado en el que alerta de los peligros de la nueva fusión. En concreto, señala dos aspectos, la competencia y el volúmen de datos, en los que MyTaxi puede arrojar dudas. Además, pide a la CNMC que se investiguen las condiciones de la operación y las consecuencias para el mercado de aplicaciones de taxi. Sí, la misma institución que hace un mes aventuraba el fin del uso tradicional de este transporte.

«El problema de esta fusión es que deriva en políticas super agresivas para los taxistas y orienta al sector hacia un duopolio», sostiene Emilio Domínguez, secretario técnico de Fedetaxi. Según la patronal, al reducir el número de competidores en este tipo de aplicaciones y concentrarse el mercado, los trabajadores (autónomos) pierden libertad y «pasan a trabajar» para «app» dominantes. Como será MyTaxi.

Menos libertad para el taxista

«Actualmente MyTaxi cobra una comisión de 1 euro por carrera. Con la fusión con Hailo, ganará cuota de mercado y probablemente aumentará esta tasa», vaticina Domínguez. En su opinión, cuantos más usuarios se concentren en una misma aplicación, más libertad pierde el taxista: «Todas las condiciones que marque la herramienta deberán ser acatadas por el trabajador, ya que de lo contrario perderá un buen número de clientes».

Después de librar numerosas batallas contra Uber o Cabify, el taxi afronta su propia guerra. Esta vez, la amenaza digital se produce en el interior del propio sector, con el crecimiento de un soporte digital que facilita la captación de viajeros pero modifica totalmente las condiciones de los trabajadores. Algunos taxistas han tomado como un desafío las palabras de Marín Quemada; otros ven en ellas el fin de sus condiciones laborales. Mientras, cada vez menos clientes tienen que levantar la mano para pedir un taxi.