Carlos Slim, accionista mayoritario de FCC
Carlos Slim, accionista mayoritario de FCC - AFP

Los multimillonarios rentabilizan sus inversiones en el sector del «ladrillo» en España

Soros logra cuantiosas plusvalías por su participación en la sociedad Hispania, mientras que Slim afianza su posición de control en FCC y Realia

Madrid Actualizado: Guardar
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Llegaron al mercado español entre 2013 y 2014, cuando parecía que el precio de los edificios en España, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, no podía caer más y afrontaba inminentes subidas. La primera operación -y probablemente, también la más sonada, pese a su reducida inversión- fue la protagonizada en octubre de 2013 por el fundador de Microsoft y mayor fortuna del mundo, Bill Gates, quien desembolsó 113,5 millones de euros para hacerse con un 6% del capital de FCC.

A Gates le siguió una amplia nómina de inversores extranjeros entre los que se encuentran George Soros y John Paulson, que entraron en la sociedad inmobiliaria Hispania, y Carlos Slim, quien apostó de manera decidida por el sector español al convertirse en el primer accionista de FCC al hacerse con un 25,6% del capital tras desembolsar 650 millones en la ampliación de capital de 2014.

Pese a que algunas de estas firmas -especialmente, en el caso de FCC- han seguido sumidas en una fase de fuertes turbulencias, estos inversores ya comienzan a ver sus inversiones recompensadas con beneficios o, cuando menos, con un afianzamiento de su posición en las sociedades por las que han apostado.

Según los resultados anuales presentados esta semana, Hispania cuadruplicó sus ganancias al obtener 66,68 millones de euros, debido, principalmente, al impulso por la compra de la cartera de hoteles Bay al grupo Barceló a finales del año pasado. De hecho, su cifra de negocio viene definida, casi en su totalidad, por las rentas del cobro de alquiler de estos activos inmobiliarios. De ellas, más de la mitad (56%) proceden del arrendamiento de los establecimientos hoteleros.

Grandes beneficios

Soros y Paulson abonaron en marzo de 2014, en el momento de la salida a Bolsa de Hispania, 92 millones de euros cada uno para hacerse, respectivamente, con una participación próxima al 16% de la firma creada por el grupo Azora. Solo teniendo en cuenta que la participación del multimillonario de origen húngaro se ha revalorizado y hoy alcanza un importe en el mercado superior a los 155 millones de euros, las plusvalías latentes superan los 64 millones de euros.

Paulson, sin embargo, ha visto diluida su porción del capital social hasta cerca del 9,8% tras no participar en la ampliación de capital efectuada el pasado mes de mayo con la que la dirección de Hispania se propuso aumentar su base accionarial. El mal arranque de año de la Bolsa madrileña ha lastrado la capitalización bursátil de Hispania, lo que ha dado lugar a que su actual posición en el capital esté valorada prácticamente al importe que desembolsó hace dos años. Sin embargo, al igual que Soros, este año comenzará a percibir los dividendos que la sociedad ha anunciado que entregará a cuenta de los resultados de 2015.

En el caso de FCC es cierto que el aterrizaje de Slim no se ha visto recompensado, aún, por un beneficio material. La compañía, que presentará resultados anuales el próximo día 29, sigue inmersa en su profundo proceso de reestructuración y ultima una nueva ampliación de capital, ya iniciada, por más de 700 millones de euros, que concluirá el próximo 7 de marzo. Lo que no cabe duda es que Slim, amén de los sucesivos desembolsos para mantener su participación en el grupo (a los 650 millones que aportó en la ampliación inicial de 2014 se añadirán los 341 que dotará, por lo menos, para que su brazo inversor, Inmobiliaria Carso, y Esther Koplowitz no vean diluido su capital), ha logrado afianzar su posición hasta hacerse con el control absoluto de FCC y su patrimonialista Realia. Todo apunta a que Gates, por su parte, también suscribirá sus derechos de suscripción preferente para no perder peso en el capital de la constructora.

Pontegadea, la sociedad con la que Amancio Ortega maximiza su patrimonio personal y presente mucho antes de la llegada de los inversores extranjeros, mantiene su expansión y ganó 182 millones en 2014, su último ejercicio fiscal.

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