Toxo critica el recorte de las subvenciones sindicales en un 70% aplicado por el Gobierno
Toxo critica el recorte de las subvenciones sindicales en un 70% aplicado por el Gobierno - ignacio gil
entrevista

«Hemos tardado en reaccionar más de lo que hubiera sido conveniente»

El secretario general de CC.OO. asegura que las auditorías internas no han encontrado corruptelas en la organización

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ignacio Fernández Toxo (Ferrol, 1952) está pilotando la mayor reestructuración de Comisiones Obreras de toda su historia. Al contrario de lo que sucede con su amigo Cándido Méndez en UGT, se ve con ganas de seguir dirigiendo la organización, incluso con un tercer mandato.

—¿No han tardado demasiado en empezar a regenerar el sindicato?

—Aunque no me gusta el verbo regenerar, lo cierto es que venimos actuando desde hace varios años. La crisis ha puesto en evidencia que teníamos fallos importantes, de configuración y también de conexión con el mundo del trabajo. No obstante, a nosotros se nos mide con los mismos parámetros que a los partidos políticos y un sindicato es una cosa radicalmente distinta. El sindicato necesita ponerse al día porque la sociedad y el mundo del trabajo han sufrido cambios muy importantes.

Tal vez hemos tardado más de lo que hubiera sido conveniente en que el sindicato adecue sus estructuras y su forma de interlocución a la nueva situación.

—¿El brusco recorte de las subvenciones y la fuerte caída de la afiliación han forzado estos cambios?

—Teníamos que ponernos las pilas aun sin esas cuestiones. Negar que la caída brutal de las subvenciones afecta a nuestras organizaciones sería una tontería. Y la afiliación, obviamente. La necesidad del cambio venía de antes. En el último congreso hablamos de sindicato de proximidad. Nunca hemos dejado de estar en las empresas, pero ahora hay que hacerlo de otra forma.

—¿Cuál es el recorte que han sufrido en las subvenciones?

—Es del 70%, de unas subvenciones que están establecidas al amparo del artículo 7 de la Constitución, tanto para los sindicatos como para la patronal. ¿Hay que ponerlo en cuestión? Estoy dispuesto a que lo discutamos. Lo que no puede hacer un Gobierno es llegar y, de forma unilateral, sin debate, sin interlocución con las organizaciones, meter la tijera. Primero se demoniza a los sindicatos y luego les corta el grifo de la financiación.

—¿La caída de la afiliación se debe al paro y a los escándalos?

—Puede sonar a un contrasentido, pero ni una cosa ni otra. Es la pérdida de puestos de trabajo asociada al paro de larga duración. Cuando las personas dejan de percibir los subsidios recortan sus gastos, y uno de los más fáciles es el de la cuota sindical. No pueden prescindir de comprar el pan, de pagar la luz, pero la cuota sindical es más prescindible. Por eso, hemos creado una fórmula para que los parados puedan seguir vinculados a la organización sin pagar la cuota mientras dure esa situación extrema.

—¿Qué resultados ha ofrecido la auditoría interna que están haciendo?

—No es una auditoría; son no menos de treinta, debido a la propia estructura del sindicato. Lleva tiempo realizándose y no hemos encontrado corruptelas, situaciones de enriquecimiento o uso personal de recursos, pero sí disfunciones y gestiones poco profesionales en algunos casos. Para evitar que esto se produzca, en el último congreso creamos un centro unificado de recursos humanos y otro de gestión financiera. No obstante, toda la estructura del sindicato es sometida a auditorías externas anuales de cada una de las estructuras desde hace más de veinte años.

—¿Los escándalos han forzado al sindicato a dotarse de un código ético?

—Vamos aprendiendo sobre la marcha. No puedo negar que casos como los de Bankia y los ERE nos han hecho daño. Tenemos que recuperarnos y poner los medios para evitar que situaciones como esas vuelvan a producirse. Fuimos la primera organización que estableció la limitación de mandatos para su secretario general. Ahora hemos dado un salto importante y queremos facilitar una renovación de las estructuras sindicales, para lo que hemos extendido esa limitación a toda la estructura de la organización. Son palabras mayores porque afecta a mucha gente. Una organización no puede estar cambiando a sus dirigentes contínuamente. Hay que combinar juventud con experiencia.

—Han colgado en la web las cuentas del sindicato, pero están incompletas.

—Volvemos a lo mismo. No somos una empresa. Las organizaciones se federan y confederan voluntariamente. Tienen su propio CIF. Tenemos cuentas consolidadas, pero son ellas las responsables de su funcionamiento financiero y las que tienen que dar cuenta a los afiliados y a la sociedad. Esto no es Endesa.

—¿Nunca llegaremos a conocer la contabilidad completa del sindicato?

—Sí, la tendremos. Aunque sea voluntariamente, el objetivo es llegar a ello.

—Cándido Méndez adelantará a 2016 su salida de UGT. ¿Usted se lo ha llegado a plantear?

—Como no sea por problemas de salud... Creo que no. Me veo con ganas de seguir dirigiendo la organización y no siento dentro de ella que alguien esté criticando mi gestión.

—¿Cómo va el proceso de fusión de sus federaciones para reducir su estructura de once a ocho?

—Está prácticamente culminado. No es fácil, porque no es sólo fusionar las cúpulas, sino también en los ámbitos territoriales.

—¿Están perdiendo presencia en las empresas a costa de los sindicatos minoritarios?

—No, mantenemos un porcentaje similar al de las elecciones sindicales anteriores. Lo que sucede es que la crisis ha destruido unas 400.000 empresas, por lo que ha descendido el número de delgados para todas las organizaciones. Con el nuevo reparto seguimos siendo los primeros.

Ver los comentarios