El presidente de CEIM cree que España tiene un problema de costes salariales
El presidente de CEIM cree que España tiene un problema de costes salariales - ángel de antonio
entrevista

«En España no sobran 4,5 millones de parados, faltan 500.000 empresas»

Juan Pablo Lázaro, presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), afirma que «relanzar la imagen del empresario y avanzar en transparencia»

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Es presidente de CEIM desde el pasado mes de diciembre. Además, es vicepresidente de CEOE y de Cepyme y preside el Club Financiero Genova y UNO, la Organización Empresarial Nacional de Transporte y Logística... y es empresario. Nada más sustituir al frente de la patronal madrileña a Arturo Fernández, Juan Pablo Lázaro anunciaba que convocaría elecciones en CEIM este año, comicios que serán «más abiertos». Pero también anunció su intención de aprobar unos estatutos «revolucionarios y novedosos», un código de buen gobierno y un código de régimen interno. Todo por la transparencia. Porque «esta crisis también ha sido una crisis de transparencia». Anuncia a ABC que en las próximas semanas presentarán su «Plan 400.000» y que recibirán a todos los candidatos políticos de Madrid para intercambiar planes de futuro para la Comunidad.

Este plan incluirá «recetas muy concretas. Un plan de choque con medidas laborales, fiscales y de competitividad». «Porque en España no sobran 4,5 millones de parados, faltan 500.000 empresas», concluye.

-¿En qué punto están los retos que se marcó cuando le nombraron presidente?

-Tenemos cuatro firmes objetivos. Dos externos, y otros dos internos. Por un lado, relanzar la imagen del empresario y la de las propias organizaciones empresariales, porque estoy convencido de que si no existieran, tendríamos que inventarlas. Y, por otro, queremos tener unos estatutos con unas normas internas de funcionamiento definitivas, y transparencia económica total en los presupuestos.

-¿Ha recuperado CEOE su credibilidad tras los escándalos que salpicaron a la organización en los últimos años?

-El mundo asociativo es una forma de interactuar y defender intereses colectivos fundamentales para las empresas. Es verdad que esta institución, como ha pasado en otras tantas, ha sufrido algunos escándalos, por lo que tenemos que hacer un esfuerzo para recuperar el terreno perdido cuanto antes. La imagen del mundo asociativo y su realidad tiene que cambiar además de adaptarnos a los nuevos tiempos.

-La reforma de la formación diseñada por el Gobierno también busca la transparencia. ¿Qué opina de esa reforma, que aparta a empresarios y sindicatos de la gestión de los fondos?

-La formación es un derecho del trabajador y es una obligación del empresario. Hoy la formación proporciona estabilidad en el empleo y empleabilidad, fundamental para la competitividad. Partiendo de esta base, creo que los que mejor conocemos cómo se debe impartir esa formación somos las empresas. Debo reconocer que se han producido abusos en torno a la formación, y, por tanto, comparto la teoría del Gobierno de que esto hay que cambiarlo.

-¿Qué le parece la concurrencia competitiva?

-Los empresarios debemos estar a favor de la concurrencia competitiva. No podemos pretender vivir en un sistema de libre competencia y que no haya concurrencia.

-Las empresas ya no estarán en la gestión pero sí participarán en el diseño y planificación de los cursos...

-Yo soy de los que creo que el modelo tiene que cambiar. Es necesario que, por un lado, las empresas podamos gestionar nuestra propia formación, participemos en el proceso y en el diseño, y luego la asociación que quiera busque fórmulas para que si también quiere impartir formación pueda hacerlo. Es muy importante que las patronales que conocemos los problemas de las empresas, sobre todo de las pymes, seamos quienes decidamos y diseñemos qué tipo de formación necesitan los trabajadores, pero siempre con transparencia y calidad. No me gustaría que ningún funcionario diseñara el modelo. No porque tenga nada en contra, sino porque nosotros conocemos mejor la realidad.

-¿Es hora de subir los salarios?

-España, más que un problema de salarios, tiene un problema de costes laborales, que son muy altos. Es importante que ahora, que estamos saliendo de la crisis, sería poco entendible que si el Gobierno ha congelado el sueldo de los funcionarios, ha subido un0,25% de las pensiones y un 0,50% el salario mínimo, en una economía con inflación negativa y una reducción de impuestos, no defendiéramos la moderación salarial. Hay quien dice que el consumo aumenta si crecen los salarios. En mi opinión, si hay contención salarial se genera más empleo y por tanto, de una forma distinta, se aumenta el consumo, porque habrá más gente trabajando. Por tanto, creo que la postura de CEOE tiene que ser de contención, a pesar de que estamos en un escenario de crecimiento porque es muy incipiente y hay factores que no dependen de la economía española, como es el tipo de cambio o el coste de la energía.

-¿Café para todos?

-Para este año habría que pactar con los sindicatos moderación salarial y llegar a un acuerdo en la negociación colectiva, porque habrá algunos sectores que se puedan permitir mayores incrementos de sueldos y otros no. Y lo del café para todos en materia laboral cada vez tiene menos sentido.

-Muchos expertos dicen que hay que profundizar en la reforma laboral, ¿cree usted lo mismo?. Y si es así ¿en qué habría que profundizar?

-Más flexibilidad, favorecer el modelo de trabajo a distancia, simplificar de verdad el tipo de contratos... Y flexibilizar más las entradas y salidas en el empleo, para conseguir que los empresarios tengamos menos miedo a despedir.

-¿Es partidario del contrato único?

-No tanto de un contrato único, como de reducir los modelos de contratación a unos pocos. Y sobre todo desjudicializar los conflictos laborales. Esto no quiere decir que no esté de acuerdo con la reforma laboral, que ha permitido salvar muchas empresas y muchos empleos.

-Cuando habla de flexibilidad, ¿a qué se refiere?

-Hablo de simplificar modelos de contratos, de reducir determinados blindajes, de crear un tipo de contrato en el que las condiciones de despido sean más baratas para los nuevos trabajadores. Hay que buscar fórmulas de contrato que no penalicen a las empresas.

-¿Cree que es momento de bajar cotizaciones sociales?

-Es una parte interesante de la reforma del mercado de trabajo que habría que abordar. En España estamos muy por encima de la media de otros países europeos.

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