Las Bolsas se hunden ante el temor a la irrupción de la extrema izquierda en Grecia

Varios factores geopolíticos y macroeconómicos se vuelven a alinear para sembrar de volatilidad los mercados financieros y bursátiles. Las Bolsas europeas se han desplomado este martes ante el temor de que la extrema izquierda gane las elecciones anticipadas de Grecia, la debilidad de la economía china y la continuada caída del precio del petróleo. En ese escenario, el Ibex 35 ha sufrido hoy su tercera peor caída en lo que va de año y pierde los 10.500 puntos que tanto había tardado en recuperar.

Lo cierto es que ya en la apertura se divisaron nubarrones después de que la Bolsa de Shangai, por los preocupantes datos macroeconómicos que apuntan a que el gigante asiático se está desacelerando más rápido de lo previsto

, cerrase el día con una caída superior al 5%. Por si fuese poco, se prevé también un menor crecimiento en Japón. Así las cosas, los «números rojos» se fueron apoderando efectivamente de la sesión. En concreto, el selectivo español se hundió un 3,18% al finalizar la jornada.

El resto de parqués corrieron igual suerte. Milán se dejó un 2,81%, París un 2,55% y entra en pérdidas anuales, Fráncfort un 2,21% y Londres un 2,14%. Los inversores reaccionaban con esta espantada no tanto al inesperado adelanto de las elecciones presidenciales en Grecia anunciado por el Ejecutuvo de Andonis Samarás como a la posibilidad de un futuro gobierno de Syriza, que en los últimos comicios ya se convirtió en la principal fuerza política de la oposición con 71 escaños.

A día de hoy, este partido, esta coalición de iquierda radical, que plantea otra quita de la deuda para elevar el gasto público, es líder en intención de voto. Por eso el pánico cundió entre los inversores y la Bolsa de Atenas, con la banca a la cabeza, se desplomó un 12,78%, su mayor descenso desde 1987. Esto contagió al resto de plazas, que además han sufrido la caída del precio del barril de crudo a 0,66 dólares, su nivel más bajo en un lustro, lo que supone un impacto negativo para algunos países productores y sobre todo para las cuentas de resultadosd e las petroleras.