Los caprichos de Knut Frostad y Groupama

Lisboa (Portugal) Actualizado: Guardar
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La última patochada que quería hacer la organización de la Volvo Ocean Race fue ayer, cuando comunicó a los equipos un cambio de recorrido en la octava etapa para retrasar la llegada a Lorient a la noche del sábado. Inmediatamente, Íker Martínez, patrón del “Telefónica”, preguntó por las razones de “fuerza mayor”, que obligaban al cambio de recorrido. La respuesta daba risa una vez más, o mejor dicho, carcajadas. Resulta que Knut Frostad, el director general de este circo, se había comprometido con Groupama, la empresa de seguros patrocinadora del barco francés, en que la llegada no se haría antes de esa fecha.

Según las Instrucciones de regata no se puede cambiar los recorridos a no ser que sea a causa de alguna fuerza mayor, y evidentemente, los caprichos de Knut y Groupama no son lo suficientemente grandes como para romper los planes de toda una flota. Está muy claro que la Volvo Ocean Race vuelca sus esfuerzos con el equipo “Groupama” para que éste continúe en la Volvo Ocean Race durante una edición más y todo lo que sea favorecerles para que sean los ganadores en Galway será una buena empresa.

No sé si nos toma por tontos el señor Knut o él mismo se hace el tonto. Los barcos se diseñan bajo los parámetros de las etapas en las que van a participar. No es lo mismo hacerlo en esta (Lisboa-Lorient) en un rumbo directo, que sería ceñida pura subiendo la costa de Portugal, que hacerlo dejando las islas Azores por estribor o, como querían hacer, dirigirse hacia un punto lejano en medio del Atlántico para que calculando la velocidad se llegara a Lorient en el tiempo estipulado por Groupama.

La protesta de Íker Martínez hizo que el Jurado desestimara el cambio de recorrido y dejara todo como estaba antes de que se diera la salida en Alicante. Este era el enésimo capricho del director general de este circo, que ahora se ha establecido en Lisboa y que cuando llegue a Lorient, estará allí durante tres semanas con los barcos sin poderlos sara del agua. Ahí es nada... una patochada.

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