Mutua Madrid OpenHalep reconquista Madrid

Fue despejándose el camino a base de palizas, encuentros durísimos a tres sets contra Roberta Vinci y Samantha Stosur para relajarse al final, más calmados los cuartos contra Vandeweghe y las semifinales ante Sevastova. Preparándose para lo que le esperaba, una final de altura contra una de las revoluciones de este Mutua Madrid Open, la francesa Kristina Mladenovic. Pero Simona Halep ya había estado allí, en ese escenario, en esa final, tanto en 2009 como en 2016, con una derrota y una victoria para aprender y poner en práctica en la edición de 2017. Y la experiencia le permitió frenar, con dificultades, los arrebatos de Mladenovic para levantar su segundo título consecutivo en Madrid.

La rumana era la primera tenista en alcanzar la última ronda en este torneo por tercera vez.

Es la tercera en rotular el trofeo con su nombre en dos ocasiones, como lo hicieron antes Petra Kvitova y Serena Williams. Y como la estadounidense, es la segunda en grabarlo en dos ocasiones consecutivas.

No obstante, no solo ganó con experiencia. Halep guarda un tenis bravo, fuerte, directo, con derechas que desarbolan por velocidad e intención. Puro músculo concentrado. Y todo eso tuvo que sacar ante la francesa, altura, un tenis envolvente que envenenaba con altura las pelotas, rápida en los desplazamientos y contundente en las respuestas; siempre con un golpe más en la recámara porque sus piernas y sus 184 centímetros le permiten acortar la pista a su merced. Campeona este año en San Peterburgo, con 16 títulos en dobles, 24 años y 17 del mundo.

.@Simona_Halep jumps into the backhand and breaks! #MMOpenpic.twitter.com/nFCmwqf3Mr

— WTA (@WTA) May 13, 2017

La francesa comenzó tan fuerte que hasta sorprendió a Halep, entregado su servicio a las primeras de cambio. Hubo respeto mutuo hasta que se estabilizaron los nervios y los enfados, más evidentes los de la rumana, devueltos los breaks de rigor. Aparecieron los drives contundentes de Halep, que hace de su baja estatura virtud porque la pelota apenas supera unos centímetros la cinta y los vuelve ilegibles. Metió presión en la raqueta de la francesa, que desplegó todo su tenis, mareantes sus golpes. Pero cuando el tenis igualó el marcador a cinco en el primer set, encontró su hueco la veteranía. Ganó Halep su servicio, y Mladenovic tembló en el suyo, tres bolas de set en contra. Después de una hora y tres minutos, la número 8 del mundo daba un paso más hacia el título.

Desatada la rumana, aprovechó para agrandar la ventaja en un inicio fulgurante del segundo parcial (2-0). La francesa, con trenza al estilo Mary Pierce, reclamó la atención de su entrenadora, que también es su madre, y de la conversación volvió la fuerza. Acogotó con golpes profundos a Halep para igualar a tres primero, a cinco después, despejado el temblor con su propio servicio con 4-5.

La francesa, que precisamente este domingo 14 cumple 24 años, aprendió pronto la lección. En solo un set, amarró con confianza la empuñadura y metió un punto más de mordiente a sus golpes. En el tie break, tras un enfado monumental de Halep por un error que no entraba en sus planes, Mladenovic ajustó los tiros a las esquinas y abrió hueco en el marcador con un 3-0 que la rumana no supo levantar. Y la fiesta de la final femenina se marchó al tercer set.

Alargada la final hasta la noche cerrada, Halep se hizo más grande que nunca. Ya había vivido en este torneo dos palizas semejantes a las de ayer, y achicó a la francesa que todavía debe aprender a frenar los impulsos, incapaz en el tercer set de aguantar la presión de una tercera manga con todo el cansancio que eso conlleva. Sobre todo en los últimos minutos en los que cada error es un calambre más en el cuerpo y una idea menos fresca para responder. Exhausta, pero reivindicada su presencia, cedió ante la poderosa Halep, que reconquista Madrid.

«Perdón, estoy un poquito cansada, no podía hablar todo en español, pero quería dar las gracias por el apoyo en esta semana. Me ha gustado mucho jugar aquí en Madrid y espero que nos veamos el año que vien», se expresó la francesa de origen serbio en perfecto castellano.