Jorge Lorenzo expresa su alegría tras la pole del sábado
Jorge Lorenzo expresa su alegría tras la pole del sábado - Reuters

Del segundo escalón al cielo

Jorge Lorenzo puede ser hoy el tercer piloto que se proclame campeón del mundo sin partir como líder

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Comparten todos los pilotos de motociclismo que en las carreras todo pueda pasar. Lo refrendan sus acciones, cuando un mínimo error da al traste con sus aspiraciones de victoria porque el suelo se interpone entre ellos. Por eso el Mundial suele premiar a la regularidad, la de los pilotos que, sin subir siempre al cajón más alto del podio, tampoco caen en la frustración de sumar cero puntos por un tropiezo. Así ganó Emilio Alzamora, con la rutina de terminar en segunda o tercera posición todos los domingos. No celebró triunfos, pero sí el título de 125cc en 1999, con un punto de ventaja sobre Marco Melandri. Un punto de gloria.

Por este motivo, la lógica y experiencia del Mundial impone que el que llega al último gran premio en primera posición de la tabla suele coronarse campeón.

Pero, como en todas las reglas, hay excepciones. Dos son los casos en la historia de la máxima categoría: Nicky Hayden y Wayne Rainey. En 2006, el estadounidense acudía al Gran Premio de Valencia con los nervios relativos de quien se sabe segundo. Ocho puntos de distancia lo separaban del líder, Valentino Rossi, demasiados como para soñar. Sin embargo, los nervios pudieron con el italiano, que se marchó al suelo en la sexta vuelta y, aunque volvió a la pista, no pudo mantener la ventaja de puntos -fue decimotercero- y cedió la que hubiera sido su sexta corona consecutiva en MotoGP. El estadounidense celebró como nunca un título que no tenía una hora atrás. Su primer y único título en la máxima categoría, gracias a los nervios rivales.

En la era de 500cc, Wayne Rainey llegó segundo de la general al Gran Premio de Sudáfrica, con dos puntos de desventaja sobre Mick Doohan (130). El australiano llegaba al final de curso mermado por una lesión y, aunque terminó sexto, el tercer cajón del podio de Rainey lo dejó sin título. Fue el tercer Mundial consecutivo del estadounidense. Hoy, Jorge Lorenzo puede unirse a este grupo de campeones que cambian el rumbo lógico y alcanzan la gloria desde la segunda plaza.

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