Río 2016 | Gimnasia rítmicaEspaña se clasifica con la mejor puntuación para la final

Los ejercicios de cinta y mixto de la selección se llevaron una gran ovación del pabellón carioca y a superar a Rusia

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Llegaron a Londres 2012 con demasiada inocencia y menos palmarés. Un gran trabajo las llevó a la cuarta posición que podía haber sido bronce, pero los jueces perdonaron a Italia algún fallo más para dejar a España sin podio. No pasa nada. El brillante ciclo olímpico español desde aquel cuarto puesto les ha hecho un nombre en la gimnasia rítmica. En Río llegan arropadas por un público brasileño que las adora y un respeto internacional de rivales y jueces.

La samba brasileña inicial contentó al público, y el ejercicio lo maravilló. El conjunto español de gimnasia rítmica demostró que a estos Juegos llegan mejor que nunca con una actuación impecable con las cintas en la primera rotación. Salieron las penúltimas, después de que Italia y Rusia eligieran su asiento en la puntuación.

Pero Alejandra Quereda, Sandra Aguilar, Artemi Gavezou Elena López y Lourdes Mohedano no notaron la presión y sí las ganas de disfrutar sobre el tapiz.

Vaya si lo hicieron. Las cintas, como teledirigidas, cayeron cuando y donde debían. La samba e esuchó por los altavoces y se sintió en sus movimientos, en sus cruces y en su figura final en el que el público comenzó su ovación. España se situaba segunda por detrás de Rusia, con un pie en la final a falta del ejercicio mixto, más español, que permitió a las de Anna Baranova y Sara Bayón lucir su garra y su expresividad latinas.

Una segunda rotación en la que se notó que a la final solo pasan ocho conjuntos y la medalla brilla mucho. Hasta la todopoderosa Rusia: oro individual y conjunto en Atenas 2004, Pekín 2008 y Londs 2012, sufrió algo de presión y un aro salió rebotado a destiempo. También China, que terminó con una maza en el suelo y con una de sus integrantes rota por el dolor en un tobillo. La exigencia de la rítmica en al que todo tiene que estar en su lugar en el momento adecuado.

Gritos de «Ole, ole» empujó a las gimnastas a un ejercicio en el que brillaron por sus maillots y por su fuerza, su garra y su pasión a ritmo de guitarra española. El abrazo entre Baranova y Bayón, las sonrisa de Quereda, López, Mohedano, Gavezou y Aguilar, el aplauso final del público. Había salido bien, muy bien. tan bien, que las situó primeras de la rotación, por delante de Rusia.

España, nombre propio en la gimnasia rítmica, luchará por las medallas el domingo. Aquel cuarto puesto de Londres... completamente olvidado.

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