Carolina Rodríguez en acción
Carolina Rodríguez en acción - AFP

Río 2016 | Gimnasia rítmicaCarolina Rodríguez, la gimnasta que desafía al tiempo

Con 30 años, la leonesa pondrá el broche a su carrera hoy en la final individual de los Juegos de Río

Río de Janeiro Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A Carolina Rodríguez el tapiz la rejuvenece. Los 30 años que marca su DNI los anula en cuanto coge la cinta o las mazas y sale a interpretar lo que lleva dentro, expresividad y belleza que le valen una final, un broche fantástico a su carrera porque esta vez sí, dice que serán sus terceros y últimos Juegos.

Hoy (20.20 horas) está en una lista de elegidas de la que ella es la única nacida en los 80, y con diferencia, pues saca ocho años a la siguiente participante. La edad no rige su vida. Es ella la que ha marcado siempre los tempos de su progresión, de su descanso, de su regreso.

Es una gimnasta atípica, siempre lo ha sido.

Encontró con siete años un forma de expresión con la que crear sueños en el aire. Un deporte que con sus ojos y su talento natural convirtió en arte y en una forma de emocionar a sus padres. Sordomudos ambos, la gimnasta transmite la música a través de sus movimientos. Ella es la música.

Y también la fortaleza. Empeñada en disfrutar sobre el tapiz, ningún obstáculo ha impedido que cumpla su sueño. Ni las lesiones ni los despidos ni la muerte de su hermano en un accidente de tráfico en 2004. Quizá encontró esa fuerza en la iglesia de San Pedro donde se entrenó de pequeña porque era el único sitio que encontraron en León con los techos altos para que no se enredaran las cintas. También en Ruth Fernández, su entrenadora de siempre, su alma gemela, su todo.

El mejor final

De su mano comenzó a brillar en los campeonatos nacionales. Tanto, que llamó la atención del equipo nacional que la incorporó a sus filas con doce años. Pero la experiencia no fue del todo agradable. Sin poder comunicarse con sus padres y con una entrenadora con la que no se entendía demasiado, después de acudir a Atenas 2004, dejó de contar para la selección en 2007 y regresó a casa. La gimnasta decidió descansar, y aprovechó para dar clases, sentir que podía ser útil para el deporte que amaba. La empujó su amiga, confidente y entrenadora Ruth, hasta que de nuevo el gusanillo le devolvió al tapiz como protagonista. El equipo nacional volvió a contar con ella en 2009 y logró la plaza para Londres 2012 en individual. En el camino dejó una grave lesión por la que muchas hubieran dicho adiós. No Carolina. Sus éxitos la impulsaron a intentar otro ciclo olímpico, un reto personal que hoy sí que sí, finaliza en la final de Río 2016.

Ver los comentarios