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Selección española

Del Bosque Casillas: de la cantera del Madrid a 85 tardes juntos con España

El todavía seleccionador y el capitán han compartido muchísimos años juntos. La relación, por norma, siempre ha sido muy buena

Del Bosque y Casillas, en el Mundial de Brasil
Del Bosque y Casillas, en el Mundial de Brasil - AFP

Vicente del Bosque no hubiese sido tan contundente en sus palabras si el conflicto tuviese a otro protagonista. Pero habló así de Íker Casillas dolido, incómodo porque el portero tuvo un comportamiento inapropiado –según el entrenador– y en especial le duele que no tratase bien a su grupo de trabajo. Ahí sí que Del Bosque saca las uñas porque defiende a los suyos hasta el final, y le cuesta entender que el guardameta tuviera esa reacción. Pese a todo, y cuando se buscaba otro titular más contundente si cabe ante una pregunta directa con un sí o no como respuesta, Del Bosque resolvió el asunto a su manera. «No me ha decepcionado. Le tengo mucho aprecio. Tengo un recuerdo desde que lo conocí a los 9 años».

Efectivamente, Del Bosque y Casillas se conocen desde que el primero era el responsable de la cantera del Real Madrid y el segundo entró en la Casa Blanca, siendo luego miembros del primer equipo. Del Bosque, cuando dio el salto, contó con Casillas, aunque también es cierto que le quitó del puesto y concedió la titularidad a César. En la final de Glasgow, éste se lesionó y el ahora meta del Oporto fue el salvador del Madrid. «Esos dos meses y medio me cambiaron la vida. Me hicieron hombre y un poco más malo. Comencé a conocer a las personas, a valorar las cosas. Cuando estás arriba todos te quieren, pero cuando dejas de jugar no eres nadie», desveló en una entrevista en ABC. «Aguanté ese tiempo sin decir ni pío, aunque estaba hecho una mierda. No soy rencoroso, pero lo que pasé no lo olvidaré nunca».

Del Bosque pasó a ser seleccionador en 2008, justo después de que se conquistara la Eurocopa de Austria y Suiza, y no tuvo dudas jamás con la portería. Casillas era su hombre y lo ha sido en 85 de los 114 partidos que ha dirigido. El entrenador se ha partido la cara por él cuando más ruido había y en una charla con este medio, justo antes del inicio de la Eurocopa, definía así al jugador. «Como todos los españoles, nos debemos sentir orgullosos de un portero que lleva más de 160 partidos, es algo extraordinario. Íker es un gran chico al que conozco muy bien».

Y tan bien, pues no se entiende la carrera del uno sin el otro. «Conozco a sus padres desde los tiempos de la Ciudad Deportiva, cuando lo llevaban a entrenar», relataba después del pellizco en público. Como seleccionador, Del Bosque siempre ha contado con la opinión de su capitán y han tenido numerosas charlas para corregir una cosa u otra, siempre buscando el bien del equipo. Hace dos veranos, en la fría y gris Curitiba, dejaron esa imagen de ambos sentados en un banco analizando el fracaso. Ahora tiene otros asuntos de los que hablar.

Falta por ver qué decisión toma Casillas sobre su futuro en el combinado nacional, pero no es la salida más digna. Tampoco lo fue la de Xavi Hernández, que lo dejó después del Mundial de Brasil, suplente en Maracaná contra Chile después del 5-1 con Holanda y en el último duelo contra Australia. Del Bosque tiene clavada esa espinita. «Hemos tenido una excelente relación y por una equivocación del entrenador no va a echar por tierra toda la amistad y todo el trabajo de estos años».

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