El francés Pogba, uno de los jugadores de «caza mayor» en el mercado
El francés Pogba, uno de los jugadores de «caza mayor» en el mercado - AFP

¿Habrá dispendio en fichajes este verano?

El fútbol español gastó 500 millones en contratar jugadores hace un año. Acabada la temporada, comienza el mercado estival

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Aunque los fanáticos del fútbol siempre tienen dónde abastecerse ( la Copa América o el Mundial femenino se disputan estos días, o incluso la final de la promoción de ascenso a la Liga BBVA que jugarán Zaragoza y Las Palmas, o los cruces para alcanzar la Liga Adelante), lo cierto es que el partido de la selección española en Bielorrusiaha bajado el telón a la temporada 2014-15, con un balance extraordinario para el Barcelona y un viaje al rincón de pensar para el Real Madrid, por citar las grandes referencias de nuestro fútbol. Acabado el curso, comienzan unas semanas de asueto para los héroes de la Liga –salpimentadas con apariciones en las redes sociales desde su feliz retiro para entretener al personal– y, sobre todo, se abre el mercado de fichajes con sus rumores, habladurías y contrataciones en firme.

La sanción que impuso la FIFA al Barcelona por irregularidades en la contratación de jugadores menores de edad, y la amenaza latente de que otros clubes, como el Atlético, sigan los pasos del campeón de Europa, marcará sin duda este mercado. No parece que el máximo organismo del fútbol mundial, enfrascado en sus corruptelas y con el ínclito Joseph Blatter de retirada, vaya a incidir sobre este asunto precisamente ahora, pero por si acaso los rojiblancos están mostrando cautela. El Barça ha inaugurado una nueva modalidad mientras vive en el purgatorio: ficha ahora que ya inscribirá después, cuando amanezca 2016 y el castigo FIFA haya prescrito. El primer jugador en aceptar quedarse entre paréntesis es el tarraconense Aleix Vidal.

No hay un Mundial o una Eurocopa como escaparates para que una estrella haga saltar la banca, como ocurrió hace un año con James o Suárez, o hace dos veranos con Bale o Neymar. Los «trasatlánticos» españoles y europeos, los que acaparan los titulares, buscan afinar sus plantillas con retoques más necesarios que mediáticos, lo cual no significa que este mercadeo no levante las pasiones acostumbradas entre los aficionados, prestos a hacerse con la última equipación del club de sus amores con el nombre del rutilante fichaje grabado a la espalda.

Lo anterior se explica por la ausencia de nuevas figuras –las consolidadas tienen su sitio en el tablero–, no por dinero. El adiós a la crisis ya se escenificó en el verano de 2014, cuando los equipos españoles desembolsaron casi 500 millones de euros en reforzarse, la mayor inversión desde 2007. El Barcelona lideró el ranking, con 157 millones, seguido por Real Madrid, con 120, si bien el equipo blanco ingresó 113 con las ventas de Di María, Xabi Alonso y Morata. No hay que perder de vista al tercero en discordia, el Atlético, que hace un año gastó unos 110 millones. Ahora volverá a ser de los más activos... si la FIFA lo permite.

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