Fórmula 1Las razones de Nico Rosberg para bajarse del monoplaza

Con la misma racionalidad y pragmatismo que siempre ha exhibido, Nico Rosberg explicó lo inexplicable. ¿Qué lleva a un campeón del mundo de 31 años a dejarlo todo justo cinco días después de haber conseguido su sueño? «Es muy fácil. He alcanzado lo que quería alcanzar», despachó ante la perplejidad de toda la Fórmula 1, que vivía ajena a una decisión tomada el pasado 9 de octubre. Ese día, Rosberg venció en el Gran Premio de Japón y empezó a acariciar el campeonato. «Si logro ser campeón, me retiro», pensó.

Más que como un piloto, el alemán se expresó ayer cual si fuera un alpinista que sube a la cima y decide descender lo antes posible.

Pero, según él, ese plan aparentemente disparatado, de ganar y luego dejarlo todo, le ayudó a afrontar los dos últimos meses. «Esta temporada ha sido muy dura. Me esforcé como un loco después de la frustración de los dos últimos años. Eso elevó mi motivación hasta niveles sin precedentes. Y, por supuesto, tuvo un impacto en los que más quiero, ha sido un verdadero esfuerzo familiar de sacrificio», desveló ayer.

Las horas más duras

Tras superar los exámenes parciales, llegaba la prueba final, el desenlace del campeonato: «El domingo por la mañana en Abu Dabi sabía que podría ser mi última carrera y esa sensación despejó mi cabeza antes del inicio. Quería disfrutar de cada momento de esa experiencia, sabiendo que podría ser la última vez, y luego las luces se apagaron y tuve las 55 vueltas más intensas de mi vida», explicó.

La idea de la retirada debió de quedar en letargo durante las siguientes horas, las de las celebraciones, ese sabor a triunfo que había ansiado desde que siendo un niño se propuso seguir la estela de su padre, el también campeón del mundo Keke Rosberg. El lunes por la noche, con las pulsaciones ya en reposo, compartió su decisión con tres personas: Vivian, su mujer; Georg Nolte, su mánager, y Toto Wolff, el jefe de equipo de Mercedes. Todos prometieron guardar el secreto hasta ayer, apenas tres días de silencio para no eclipsar la noticia de su triunfo.

Lo incomprensible se envuelve de lógica cuando repasamos las circunstancias personales de Nico Rosberg. Para empezar, no tiene ninguna necesidad económica que le obligue a continuar jugándose la vida en cada curva. De hecho, no la ha tenido nunca, pues nació en una familia adinerada que le financió toda su carrera. Y con lo que ha ganado en estos años tiene suficiente para varias generaciones de Rosberg.

Precisamente, sus aspiraciones de más descendencia -ya tiene una hija de un año, de nombre vasco, Alaia- asoman en su horizonte personal: «Mi siguiente paso es ser padre y esposo», zanja.

La tercera pata que explica la decisión del alemán se llama Lewis Hamilton, con quien ha mantenido una turbulenta relación durante esta última temporada, hasta el punto de que ni siquiera en el momento de la despedida de su compañero, rival y examigo el británico anduvo nada elegante, pues aprovechó para recordarle su condición de eterno segundón: «Es la primera vez que Nico gana en 18 años, así que no me sorprende que haya decidido parar. Además tiene una familia en la que centrarse, quiere más niños y la Fórmula 1 te quita mucho tiempo».