Trofeo cumple 50 años

«Más que nunca, se hace necesario defender una caza ética, natural y sostenible, compatible con el medio ambiente»

Pablo Capote

No creo que queden muchas revistas mensuales de las que podían encontrarse en los kioscos en 1970. Trofeo, la revista que dirijo, la decana del sector, nació en marzo de ese año, en el seno de Prensa Española, la misma editorial que creó el periódico que usted tiene ahora en sus manos.

En este tiempo la humanidad ha sufrido los cambios más rápidos y profundos, además de exponenciales, en todos los ámbitos de la vida de su historia; y consecuentemente, la caza dista mucho de lo que fue.

Para celebrar este aniversario estamos preparando un especial en el que se analiza esta evolución pormenorizadamente por parte de expertos en cada materia; y la conclusión es que seguramente no en todo cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sí en muchas cosas.

Evidentemente, esbozar lo que ha sido la caza en estas cinco décadas se hace imposible antes de llegar al final de esta página. Como cazador de cierta edad, antes de este análisis era consciente de lo más evidente, algo para lo que, seguramente, los cazadores más jóvenes no tengan la suficiente perspectiva. La caza es hoy más comercial, artificial y básicamente menos auténtica y, en términos generales, no nos engañemos, el cazador moderno no es muy exigente al intentar mantener la pureza de esta actividad.

En cualquier caso, parece este un buen momento para hacer una recapitulación, al coincidir el nacimiento de Trofeo con la creación del Parque Nacional de Doñana y la Ley de Caza de 1970, y reflexionar sobre hacia dónde se dirige la actividad cinegética hoy que tan convulso se presenta el panorama político a este respecto.

Uno de los cambios más significativos en este tiempo ha sido la percepción que la sociedad (sí, una sociedad urbanita y desinformada) tiene sobre esta actividad; y por eso, más que nunca, se hace necesario defender una caza ética, natural y sostenible, compatible con el medio ambiente, intención que ya en los años ochenta quedó plasmada con orgullo bajo la cabecera de Trofeo al unir estas dos palabras por primera vez: CAZA y CONSERVACIÓN, y que en la actualidad es omnipresente, y muchas veces anacrónica, en cualquier asunto relacionado con la caza, desvirtuando su significado.

Es responsabilidad y obligación del cazador de a pie devolver su auténtico significado a estas palabras y dar a conocer los verdaderos valores de la caza y su imprescindible papel en la conservación del medio.

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