La cruz de este año

Con las espadas en todo lo alto y con el nivel futbolístico en todo lo bajo, afrontarán Cádiz CF y Ferrol la vuelta de una eliminatoria taquicárdica, tensa, intensa y no presidida, precisamente, por ningún tipo de exquisitez balompédica.

Para partir a tierras gallegas con algo más de garantías, tendría que haberse ganado el partido de Carranza, objetivo difícil de alcanzar a tenor de las escasas ocasiones de gol generadas por el equipo. Pues contados fueron los acercamientos con peligro al área contraria. Algo lógico, si casi la única opción de ataque se reducía a lanzamientos verticales de 40 ó 50 metros hacia el jugador más adelantado. Si bien, en partidos tan al límite, tan trascendentes y con las fuerzas tan igualadas como éste, si no se puede ganar, lo importante es no perder y, si es posible, terminar el primer duelo en casa sin ningún tanto encajado.

Todo depende ya de lo que ocurra el próximo domingo en La Malata, donde ambos conjuntos deberán buscar con algo más de convicción la puerta rival y en el que esperemos que salgamos bien parados del previsible intercambio de golpes que, a buen seguro, nos deparará el choque.

Templemos, pues, los nervios, que se avecinan emociones fuertes. Pero a esa aconsejable relajación poco contribuye la sensación de vértigo que recorrió al aficionado el pasado sábado, cuando conocía el nuevo once experimental que presentaba su equipo, justo en un partido de cara o cruz. Y esa ha sido, por cierto, la cruz de este año, el sobresalto, la permanente sorpresa en las alineaciones.

Se cambia de entrenador pero, al parecer, permanece la misma tendencia. Así, en la recta final de su carrera, Servando es descubierto como lateral izquierdo, mientras que jugadores que apenas habían contado en toda la temporada, como Carmona o Mantecón, saltan como titulares. Pasado el susto inicial, se pudo comprobar que los tres cumplieron de manera aceptable la misión encomendada. Pero la sensación de estupor de vivir una temporada completa, inmersa en continuas probaturas, ha colmado ya de desazón e incertidumbre a la grada.