El fútbol, un bien de lujo

No conozco personalmente a Juanma Castaño, pero he de reconocer que es raro el día en el que no me vaya a la cama escuchando su programa en Cope. Podré coincidir más o podré coincidir menos con sus contertulios, pero me atrae la idea de programa que tiene. Este jueves, tras saberse la noticia de que un juez abría la puerta a LaLiga para que pueda demandar a clientes particulares por piratería, Castaño defendía los precios del fútbol de pago en televisión, alegando que es la forma de que Haaland juegue en el Barça o Mbappé en el Real Madrid. El comentario me incendió.

No, Juanma Castaño, a mí me da igual que Haaland juegue en el Barcelona, que Mbappé fiche por el Real Madrid o que el Valencia no pueda acabar nunca las obras de su estadio, pero no estoy dispuesto a pagar cien euros por ver el fútbol en España o comprar una camiseta de mi equipo por cien euros. No.

Veo fútbol desde que tengo memoria. He visto el fútbol en abierto con Cristiano Ronaldo en el Madrid y Messi en el FC Barcelona. He visto a un equipo español ganar tres Champions League en abierto, gratis, y a un Barcelona practicar el mejor fútbol que probablemente vean mis ojos, también en abierto. Maradona, Falcao, Zidane, Beckham, Figo, Ronaldinho… todos se vieron en abierto.

Hemos normalizado que una camiseta oficial del Cádiz CF cueste 82 euros, o que la entrada más barata para el partido ante el Atlético de Madrid costase 70 euros. Han convertido el fútbol en un deporte prohibitivo, elitista, lejos de sus orígenes de ser un fenómeno de masas. A los chavales les interesa cada vez menos, y no es porque no les atraiga, es que no pueden verlo. Luego, los medios tradicionales como el propio Castaño, no entienden fenómenos como la Kings League de Piqué, un fútbol distinto, un fútbol que jamás veré, pero un fútbol en abierto. Pero lo importante es que Mbappé firme por el Madrid.