Balonmano

Reyes en casa, débiles fuera

El Barcelona lleva ocho Ligas consecutivas, pero como los campeones de otros deportes, paga esa supremacía en Europa

Los goles de Dika Mem fueron insuficientes para eliminar al Montpellier EFE

SERGI FONT

SERGI FONT Barcelona

La dicotomía entre la emoción que provoca la incertidumbre en un partido igualado y la satisfacción que genera la victoria queda en evidencia en los campeonatos en los que un equipo disfruta de tal dominio a que el único interés radica en cuándo se coronará campeón. Es lo que sucede con el Barcelona de Xavi Pascual , que este pasado miércoles sumó su octavo título de Liga Asobal consecutivo gracias a su victoria en Cuenca ante el Liberbank Ciudad Encantada (27-30) a falta de seis jornadas para el final del campeonato.

No obstante, no siempre es positivo un dominio tan abrumador. Primero porque, como dijo Rummenigge hace poco, «cuando un club está demasiado alejado del puesto segundo, el tercero, el cuarto o quinto, la emoción se resiente », refiriéndose al Bayern, que vive una situación similar en la Bundesliga. Pero, sobre todo, porque esa ausencia de tensión competitiva en los torneos españoles repercute en los campeonatos internacionales . Yel Barcelona de balonmano, al igual que el propio Bayern, es el ejemplo, como demuestra la eliminación en los octavos de la Champions League ante el Montpellier.

Los jugadores de Xavi Pascual no fueron capaces de remontar el 28-25 encajado en la pista del equipo francés y el 30-28 conseguido ayer en el Palau fue insuficiente . Es la primera vez que el Barcelona no se clasifica para los cuartos de final en los últimos años, aunque desde el vestuario culé no se quiere pronunciar la palabra fracaso. « El líder de la liga francesa se merece más respeto del que la gente le tiene . ¿Un fracaso? Que cada uno tenga su opinión. Para nosotros es una gran decepción», explicó Víctor Tomás.

Una Liga poco celebrada

Esta eliminación apaga los ecos de celebración de la Liga , cuarto título de la temporada tras el Mundial de Clubes, la Supercopa de España y la Copa Asobal. Incluso el capitán azulgrana reconocía que «es difícil encontrar las palabras. No hemos sido regulares ni hemos sabido jugar con el marcador . Es un momento muy complicado».

Cuesta explicar que un equipo con los números que presenta el Barcelona, no presente la misma superioridad cuando traspasa las fronteras nacionales. La supremacía culé es tal que convierte en noticia un empate de este equipo, como las tablas que cedió ante el Guadalajara esta temporada, rompiendo una racha de 133 victorias consecutivas. Y es que desde el 18 de mayo de 2013 no pierden en ninguna competición doméstica .

No es el único ejemplo de dominio de su deporte que sufre en el extranjero. El CN Sabadell suma 15 Ligas femeninas de Waterpolo en los últimos 17 años, a la altura de las 12 Ligas consecutivas del Club Natación Atlétic Barceloneta , o los 13 campeonatos nacionales consecutivos del Barcelona en la OK Liga de hockey patines . La supremacía no es igual en Europa. Parecido a lo que le sucede al Bayern de Múnich , que tras su goleada ante el Dortmund (6-0), está a punto a de conseguir su sexta Budesliga consecutiva como si de un rodillo se tratase pero que solo ha conquistado una Champions en los últimos 16 años (la última la ganó en la temporada 2012-13). Peor bagaje demuestra el PSG a pesar de su multimillonaria inversión. Sin rival en Francia, lleva dos años consecutivos cayendo en octavos de final europeos.

Entrerríos lo reconoce

La superioridad nacional y la cojera internacional no pasa desapercibida dentro de un equipo que empieza a demostrar signos de flaqueza. Este pasado miércoles, Raúl Entrerríos ya reconocía la pérdida de valor de un título cuando la supremacía es tan abrumadora. «Estamos muy contentos, es un premio a la regularidad, a veces no se le da el mérito que tiene y llevamos una racha increíble. Somos un equipo campeón porque a pesar de que el juego no fluya sabemos sacar la casta para sacar los partidos adelante», explicó el central, que fue a más. « A todos nos gustaría que la Asobal tuviera el nivel de hace diez años », añadió. Ya solo les queda la Copa.

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