Santi Vila, consejero de Cultura de Cataluña: «¿Quiénes somos nosotros para prohibir los toros?»

Hace dos años, cuando el conseller de Territorio y Sostenibilidad del Gobierno de Artur Mas reconoció en este periódico la equivocación del Parlament al prohibir las corridas de toros, aquellas manifestaciones sirvieron para remover pocas conciencias -ninguna-. Ahora, cuando ese mismo conseller toma posesión como responsable del departamento de Cultura, al menos deberían servir para remover sus propios principios éticos y culturales.

«¿Quiénes somos nosotros para prohibir una tradición de 150 años?», se preguntaba el hoy flamante responsable cultural de la Generalitat, Santi Vila, y aunque se olvidó entonces de toda la carga antropológica del toro en el Mediterráneo y de que la Fiesta en Cataluña es mucho más que milenaria, sería bueno que hoy volviera a hacerse esa pregunta.

A él mismo y a todos los miembros del nuevo Govern, órdago secesionista incluido.

Exilio taurino

En este tiempo, Santi Vila, como muchos otros catalanes, ha sufrido el exilio para poder dar rienda suelta a una de sus pasiones y en más de una ocasión ha viajado a la plaza francesa de Céret para disfrutar de una corrida de toros. Céret, la Cataluña Norte en donde la Fiesta se adorna de símbolos catalanes, la misma Fiesta, con la misma carga cultural que unos kilómetros más abajo se niega por orden política.

«Los catalanes tenían libertad de ir o no a los toros». Usted lo dijo bien, señor Vila, «tenían», porque los políticos catalanes se la hurtaron y ya no la tienen. Así que si en su partido, Convergència, su postura sigue siendo más compartida de lo que parece», como declaró a este diario en 2013, no estaría de más un mínimo examen de conciencia ante esa Cataluña lliure que anhelan.

Santi Vila, que fue alcalde de Figueras, que es profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Gerona y que se confiesa católico, no debería desdeñar desde su nuevo cargo un bien de interés cultural como la Fiesta, a no ser que prefiera seguir el vergonzoso camino del exilio taurino.