Seco valor de Gonzalo Caballero en su alternativa en Madrid

Yendo a Las Ventas, todos seguimos hablando de López Simón. Como los españoles somos tan dados a la exageración, para algunos, es «el nuevo Mesías»; para otros, en cambio, es «carne de cañón». Si en el toreo hacen falta tres cualidades (valor, valor y valor), López Simón las tiene de sobra: por eso conquista a los públicos. Debe perfeccionar su técnica y seguir emocionando, sin que el toro le coja tantas veces. En todo caso, es la sensación de la temporada.

Acierta la empresa al sustituirlo con la alternativa de Gonzalo Caballero, que también destaca por su valor seco. No entiendo que programe toros del Vellosino (¿quién los ha pedido?) porque suelen mostrar una flojera que puede encrespar al público de Las Ventas.

Desgraciadamente, el pronóstico se ha cumplido. Son toros bien armados pero, en general, mansos, flojos y deslucidos. El misacantano (así decían los revisteros antiguos) se salva por su valor sereno; Eugenio de Mora, por su buen oficio; Uceda Leal, sólo por las estocadas. [Así lo contamos en directo]

El primer toro sale parado pero pega un arreón de manso durante la ceremonia de la alternativa. (Una vez más, se comprueba el absurdo de la moda actual: el testigo no debe ser un convidado de piedra sino estar atento por si el toro se arranca inopinadamente). Gonzalo Caballero muestra su actitud en gaoneras impávidas. Lo corrobora en un trasteo de mucho aguante, sin inmutarse por los parones, hasta que el toro se raja a tablas definitivamente. No mata bien pero saluda una ovación. Vuelve a mostrar su ilusión juvenil en el último, en el que saluda Curro Robles. Después de un muletazo cambiado, le da espacio, lo mantiene a media altura, se justifica con un arrimón. Sin triunfar, ha estado valiente y digno. ¿Le darán oportunidades?

Con reses deslucidas, Uceda Leal no supera su tono habitual de las últimas temporadas. El segundo, protestado por chico, también renquea de atrás. El diestro consigue algunos naturales pulcros, aseados, y una gran estocada, con su reconocida pericia. El cuarto se tapa por los pitones pero huye y flaquea. Uceda sí brinda y se muestra algo más voluntarioso pero el trasteo acaba diluyéndose. De nuevo, mata con gran facilidad. Es una lástima que un matador con tantas cualidades no haya logrado mantenerse en un primer nivel.

El toledano Eugenio de Mora parece estar viviendo un «otoño dorado»: este año, ha cuajado excelentes faenas en Madrid y Pamplona. No lo logra esta tarde pero sí muestra su notable profesionalidad. El tercero, rebrincado, no se entrega. Eugenio se dobla bien y lo mete en la muleta con gran oficio. La buena estocada llega a la tercera. El quinto embiste con más celo al caballo de Álvaro Rodríguez pero pone en apuros a los banderilleros. Comienza la faena de rodillas, conduce bien las embestidas descompuestas y agarra una gran estocada pero al segundo intento. Sin brillar, ha mostrado su madurez de lidiador.

Una voz califica duramente a la ganadería. ¿Quién la eligió? Con estos toros, la tarde no ha superado la grisura otoñal, sin brillo ni emoción.

Postdata. Hemos vuelto a los viejos tiempos de la resistencia cívica. Florecen en los tendidos las pancartas, acogidas con ovaciones: «Libertad para nuestra cultura». «¡Basta ya de prohibiciones taurinas!» «Antitaurinismo = totalitarismo». Da pena tener que proclamarlo. Pero el Tribunal Constitucional sigue sin fallar el recurso contra la prohibición de los toros en Cataluña. ¿Se retrasa «por no interferir en la campaña electoral» o por simple miedo?... Confiemos en que la señora Carmena no nos haga limpiar Las Ventas, al concluir la corrida...