Andrés de Miguel, el aficionado agredido por los antis en la Universidad CEU San Pablo
Andrés de Miguel, el aficionado agredido por los antis en la Universidad CEU San Pablo

En voz alta: contra los ataques antitaurinos en la Universidad

El nuevo presidente de la Unión de Abonados de Madrid hace una reflexión sobre la libertad de expresión

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Jesús Fernández Jiménez, presidente de la Unión de Abonados Taurinos de Madrid, ha enviado a ABC esta carta que reproducimos íntegramente:

«El derecho a la libertad de expresión, y menos en un recinto universitario donde se hermana con la libertad de cátedra, no puede ser ahogado bajo ningún pretexto. La democracia, instaurada en nuestra sociedad desde hace más de treinta años, consagró esta exigencia cívica cuyo respeto nos resulta hoy imprescindible.

Ahora bien, los sucesos que se han venido produciendo, por algunos grupos izquierdistas vinculados a la vida universitaria, impidiendo la libertad de expresión en aras de un nuevo concepto de democracia, nos parecen deplorables, mezquinos y dignos de un concepto dictatorial trasnochado (recuérdese la conferencia de Rosa Díez).

Impedir cualquier acto universitario con el que se está en desacuerdo es en la actualidad demasiado frecuente.

Hemos importado cierta palabreja para designar unos sucesos que son contrarios a la libertad de expresión, pero avalados por no se sabe bien qué ideología. Ideología estrechamente ligada con movimientos avasalladores y antisistema en cuyo seno cohabitan los denominados defensores de los animales o animalistas. Éstos en los dos últimos meses se han dedicado de forma sistemática a intentar reventar varias conferencias y cursos dedicados a la historia de la Tauromaquia, con consecuencias dolorosas para alguno de los asistentes a dichas actividades.

¿Qué significado tiene para estos grupos la palabra democracia? ¿Cuál es su concepto de libertad? La sociedad actual, ahogada por el lenguaje de la corrección, se ve obligada a respetar –aunque no comparta- estos hábitos. Reprimir la voz de quienes, por diversos motivos, mantienen posturas distintas; obligar por medio de coacciones, insultos, vejaciones a permanecer en silencio o, si se prefiere, amedrentar tanto al conferenciante como a los asistentes -con el «ya volveremos»- declara su concepto de democracia. Malos augurios son estos en los tiempos que corren.

Silenciar el pensamiento adverso

Tal parece que tratar de silenciar el pensamiento adverso, de arrinconarlo, de aplicarle una mordaza es la solución para ellos. Esta actitud tan en boga nos hace temer –para aquellos que hemos hecho bandera de la libertad- un futuro incierto, donde algunos grupos nos irán imponiendo su credo, y quienes no comulguen con su ideario serán tachados de antisociales y en consecuencia condenados al ostracismo.

¿Es este el país que queremos para nuestros descendientes? ¿Qué es lo que podemos hacer? Nuestra misión consiste en desenmascarar estos comportamientos que han hecho de la perversión del lenguaje su modo de operar en la sociedad actual, este cometido se hace más necesario que nunca. De lo contrario, si seguimos permitiendo estos comportamientos, seremos víctimas propiciatorias y nuestras libertades, cercenadas sin ninguna contemplación».

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