Triunfo de Adame y percance de Aguilar en el debut de Victorino en Venezuela

El matador de toros mexicano Joselito Adame cortó este domingo dos orejas en la última corrida de la Feria de San Sebastián de la ciudad venezolana de San Cristóbal, donde el español Alberto Aguilar sufrió una peligrosa caída y una posible fractura de clavícula.

Por primera vez en plazas venezolanas se jugó un encierro de la prestigiosa divisa española de Victorino Martín, bien presentada en su estilo y que le vino grande a la terna, completada por el venezolano César Vanegas.

Los toros del encierro pesaron 534, 510, 490, 445, 505 y 525 kilos, respectivamente, lidiados en una plaza con un aforo para 14.000 aficionados que presentó alrededor de tres cuartos de entrada tras una lluviosa mañana.

Adame: oreja y oreja.

Aguilar: silencio y una caída que le impidió continuar la lidia.

Vanegas: pitos y dos avisos.

Abrió plaza Adame, que lanceó con gusto a la verónica y llevó al toro al caballo donde el astado recibió un fuerte y largo puyazo. Al sacarlo, se lució al realizar quites por chicuelinas, que fueron aplaudidas desde los tendidos. Con una torera faena por ambos pitones al compás del pasodoble, se mostró en el toreo por naturales. Se perfiló en corto y el publico comenzó a pedir el indulto, que la presidencia no concedió. Después se lanzó a matar derecho y clavó una estocada que le hizo rodar sin puntillas.

A su segundo astado, lo toreó valiente con la capa. Después el toro tumbó al caballo y al picador que le dejaron dos puyazos. Con una reposada faena de muleta destacó con la zurda y con derechazos al compás del pasodoble, que engalanó la faena.

Alternó con Aguilar, quien estuvo queriendo toda la tarde. El torero madrileño sufrió dos volteretas, y en la segunda tuvo una caída peligrosa que no le permitió continuar la lidia. Trasladado a la enfermería se le diagnosticó posible fractura de clavícula.

Vanegas estuvo valiente en sus dos toros. Y tanto con la capa como con banderillas el venezolano dejó constancia de su entrega, aunque no se salvó de recibir algunos pitos.