Interior del teatro Gran Vía
Interior del teatro Gran Vía - GrupoSmedia

El Teatro Gran Vía pasa a llamarse Teatro de la Luz Phillips

La empresa que gestiona el espacio, Grupo Smedia, ha llegado a un acuerdo con la multinacional electrónica

Madrid Actualizado: Guardar
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El teatro Gran Vía, situado en el número 66 de la emblemática calle madrileña, cambia de patrocinador y, por tanto, de nombre. El espacio, que contaba hasta ahora con el «naming» de la empresa Compac, pasa ahora a ser Teatro de la Luz Philips, en virtud del acuerdo al que ha llegado la productora Grupo Smedia, gestora del teatro, con la empresa de electrónica de origen holandés.

El cambio de mecenazgo no solo implica un cambio de nombre sino que, como informa Smedia, «verá completamente renovada la iluminación, tanto en el interior como en su fachada principal y marquesina».

El teatro, con un aforo de 950 butacas y especialmente dedicado a musicales, conciertos y espectáculos de danza, está en los bajos de un edificio concebido por el arquitecto Germán Álvarez de Sotomayor y construido en 1943.

El solar, donde hubo un teatro que se derribó para la construcción de la Gran Vía, ocupaba parte del Mercado de los Mostenses y su construcción costó 6 millones de pesetas, de las que se gastaron en decoración más de la mitad. Se inauguró como cine en 1944.

El productor Cesáreo González lo alquiló en 1950 para exhibir en exclusiva las películas de su empresa, Suevia Films. La Gran Vía tuvo a partir de los años 20 del siglo pasado salas, concebidas como lujosos palacios, con vestíbulos y pasillos ricamente adornados, que ofrecían, especialmente, cine norteamericano. El Cine Gran Vía fue una de las trece salas que jalonaban la calle, trazada en 1910 para conectar el Barrio de Salamanca con el de Chamberí.

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