Sting se estrena en Broadway con un musical inspirado en su infancia

Sting es el último nombre que se ha incorporado a la nómina de artistas del mundo del pop atrapados por Broadway. Ayer se estrenó en el teatro Neil Simon de Nueva York el musical «The last ship» («El último barco»), una obra inspirada en la infancia del artista británico, que ha compuesto para ella dieciséis canciones originales.

Días antes del estreno, el cantante confesó que era una experiencia extraña, como encontrarse fuera de uno mismo, ya que había renunciado al control total, «pero muchas personas aportan al proyecto cosas que yo no puedo».

« The last ship» está situado en la localidad costera británica de Wallsend, una población cuya industria gira en torno al astillero (en el que se construyó el « Carpathia

», el barco que rescató a los supervivientes del «Titanic»). De allí salió Gordon Summer a los quince años para empezar a ganarse la vida tocando el bajo en clubes de jazz, donde le pusieron el sobrenombre de Sting por un jersey amarillo y negro que solía llevar, y que le había tejido una novia.

En la obra, Sting es Gideon Fletcher, un chico soñador que deja el pueblo para viajar por el mundo. Cuando regresa a Wallsend, quince años después de su marcha, se encuentra con que el futuro del astillero se encuentra en grave peligro, y su infancia regresa a su memoria.

John Logan y Brian Yorkey, éste último ganador del premio Pullitzer con «Next to Normal» han escrito el libro, en colaboración con el músico. Joe Mantello (dos veces ganador del Tony) dirige el espectáculo, que cuenta con coreografías de Steven Hoggett. El reparto está encabezado por Michael Esper (que encarna a Gideon Fletcher), Rachel Tucker, Jimmy Nail, Fred Applegate, Aaron Lazar, Sally Ann Triplett y Collin Kelly-Sordelet.