Abel Ramos, disfrutando de su trabajo en la cabina
Abel Ramos, disfrutando de su trabajo en la cabina - P. M. PITA
ENTREVISTA

Abel Ramos: «Desde la cabina del dj te puedes sentir como un surfero cogiendo la ola»

El dj y productor español habla desde el festival Ron Barceló Desalia, en Punta Cana (República Domincana) de sus comienzos y de su profesión

MADRID Actualizado: Guardar
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La conversación tiene lugar en la playa de Punta Cana, en la República Dominicana. Hasta aquí ha llegado Abel Ramos, productor y dj español acostumbrado a participar en los certémenes internacionales de música electrónica más prestigiosos del mundo para elevar al público, desde su cabina, a un lugar donde solo el ritmo puede llevarles. En esta ocasión se trataba de pinchar en el Ron Barcelo Desalia 2016, el festival que tuvo lugar el pasado 20 de febrero.

-¿Qué tal la experiencia de participar en este festival?

-Bueno, ya es el segundo añoque vengo, porque estuve el año pasado, y la verdad es que es una experiencia muy especial, diferene al resto de festivales. Porque estás una semana compartiendo el tiempo con otros compañeros, con gente del gremio, periodistas, y también gentes del pop, como el grupo Submarina...

Es una experiencia bonita.

-En un lugar donde los ritmos tropicales son constantes, el reguetón, la bachata, ¿llega a influir a la hora de pinchar?

-En mi caso no, pero sí es verdad que el año pasado hubo sesiones de algunos compañeros que al final daban algunas pinceladas con el tema del reguetón, o alguna voz muy conocida. Es normal que te dejes influir. Yo es que es una música que realmente no me gusta, y poner algo que no me gusta es complicado.

-¿Cómo es el nivel de la música electrónica en España?

-Estamos mejorando, pero estamos un todavía un poco atrás. No tenemos un país con una cultura electrónica fuerte, como puede ser Holanda. Nos tira más la raíz del pop o la latina. Pero poco a poco se van llenando estadios con festivales, y eso es buena señal.

-¿Un dj español se tiene que ir al extranjero para triunfar?

-Ahora mismo, bajo mi punto de vista, sí. Es importante intentar sacar tus producciones con algún sello holandés, por ejemplo, que te abra las puertas a nivel mundial. No está mal trabajar en España porque tenemos buenos clubes, y buenos festivales, y hay una movida muy sana, pero creo que no es suficiente. Ahora la movida de la música electrónica es a nivel mundial. Antes eran cuatro o cinco países, y si querías estar en la electrónica te ibas a Londres o a Alemania. Ahora ya no, puedes escuchar electrónica en Punta Cana, en Indonesia o en la Isla de Bali, en cualquier sitio. Al ser algo mucho más masivo y más mundial, es más interesante siempre triunfar fuera, porque siempre además cometemos un error los españoles, y es que lo que viene de fuera es siempre mejor.

-¿Como hizo Abel Ramos para abrirse camino fuera?

-Yo llegué un momento en el que estaba aburrido, siempre eran los mismos clubes, los mismos festivales, el mismo público, y estaba bien, pero mi ambición me pedía hacer algo más. Tenía mucha curiosidad por conocer el mundo, por conocer lo que se bailaba por ahí fuera. Había tenido alguna experiencia, sobre todo en Alemania, pero me picó la curiosidad por saber cómo era en el resto del mundo, y decidí abandonar todo lo que tenía en Madrid y centrar mi carrera en conocer esos sonidos internacionales.

-En España se llegó a asociar la electrónica con gente de mal vivir....

-Sí, y creo que también nos lo hemos buscado. Yo nunca he tomado drogas, y alcohol tomo muy poquito, y hago deporte todos los días, pero ha habido otros compañeros que han dado una imagen que no era la adecuada. También es verdad que eso ha cambiado mucho, que estamos hablando de algo que sucedía más en los noventa, y que ahora mismo el dj es algo muy profesional porque hay muchas empresas que están detrás metiendo mucho dinero, y ya la cosa es bastante más seria. Ya no te dejan tener esos excesos, te tienen más controlado.

-Era la época del bakalao...

-Tuvimos la ruta del bakalao, y fue una moda que, para la gente que lo vivió, fue bonita, pero que a la larga nos hizo daño, por esa fama de pastilleros. Es verdad que salías de casa un jueves y volvías el domingo. Ha cambiado esa percepción, y en parte gracias a eventos como este, que acercan el dj al público, y pueden ver que somos gente normal.

-¿Cómo es el momento en que se nota que va subiendo la temperatura ambiente en una sesión, que la respuesta del público es buena?

-Es curioso, pero se nota. Y cuando lo haces mal también. Es una especie de conexión... Es como el surfero cuando coge la ola y nota que le va llevando a algún sitio. Esto es lo mismo. El público te va llevando hacia un destino, y cuando llegas es maravilloso. De verdad sientes que has hecho un buen trabajo. Pero cuando lo haces mal también lo notas, que el público directamente está tomando su cerveza y pasa de ti. Pero cuando tienes conexión...

-¿Hay como una sensación de poder?

-En ese momento sí, porque estás controlando a la gente con tu música, pero bueno, somos seres muy primitivos, y cuando oímos un tambor y nos movemos, no sabemos el motivo, pero nos movemos. Cuando consigues que la gente se mueva con la música, es algo sensacional.

-¿En qué momento decidió hacer de su pasión una profesión?

-Lo mío fue un poco por casualidad. Me gustaba la música, recuerdo que ya de bien pequeño grababa cintas y les ponía celo para regrabarlas con canciones de la radio, pero no buscaba eso, mi vida iba hacia otro lado, estaba jugando al fútbol y tal. Pero por una desgracia familiar me puse a trabajar, y lo primero que salió fue en una sala haciendo de todo, de camarero, de dj, chico de los recados... Y un buen día el dj no volvió, y me quedé yo haciendo ese trabajo. Y a partir de ahí, hasta ahora. Siempre digo que tuve mucha suerte al encontrar mi don por una casualidad, no fue algo buscado, pero encontré lo que sabía hacer.

-¿Qué aconsejaría a un chico que está empezando?

-Siempre digo lo mismo, que ahora lo tienen muy fácil, porque hay muchos medios. Cuando yo empecé no existía internet, o existía pero no teníamos redes, no había ese poder de comunicación que hay ahora. Y para aprovechar esas facilidades hay que ser constante. Que se muestren, que enseñen al público lo que tienen y lo que son, porque con la cantidad de portales que hay para enseñar tu trabajo, si eres bueno vas a llegar seguro. Esto es una carrera de largo recorrido. Yo llevo 27 años en esto y la verdad es que nunca he dejado de ir para arriba. Podría haber sido una carrera meteórica de subir y deaparecer. He visto a mucha gente que le ha pasado esto. Les aconsejaría que sean constantes, que no copien a nadie y que sean ellos msmos.

-¿Cómo vienen las nuevas generaciones?

-Muy fuertes. También es verdad que la tecnología nos ha facilitado mucho el trabajo, al igual que en otros muchos trabajos. Hasta el hecho de poner una canción detrás de otra en una sesión ya no es tan complicado como cuando teníamos el vinilo, cuando todo era más delicado. Ahora lo que destaca más es el productor, ahí es donde se ve realmente la gente que tiene talento, y la verdad es que el nivel es impresionante, con gente como Alexander Som o Danny Ávila, que también viene muy fuerte. Chicos que están produciendo a un nivel altísimo, que están en los certámenes internacionales, les pinchan los dj's y son gente muy joven, y les gusta la producción. Tengo mucha esperanza en ellos.

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