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Bustamante atendió a ABC.es en la sede de Universal Music de Madrid - víctor ruiz de almirón
Entrevista

David Bustamante: «Yo sé lo que pudo sentir Sabina, nos autoexigimos muchísimo»

Después de casi 14 años de carrera, 12 discos de platino y más de 600 conciertos por todo el mundo, el cantante reconoce que tras tres años sin sacar un álbum «no sabía si le iban a estar esperando»

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Volver a empezar, volver a «Vivir». La vida pasa y pesa cuando de hacer balance se trata. Asusta pensar, que si hay algo que dura para siempre... son los recuerdos. No importa quien seas, que más da poner ladrillos o llenar los escenarios más increíbles si el miedo nos hace igual a todos. La incertidumbre de reconocer que tras tres años sin sacar un álbum «no sabes si te van a estar esperando», es más que suficiente para saber que la persona que está delante de mi, el artista que lleva casi 14 años de carrera y más de 600 conciertos a la espalda, tiene las mismas inquietudes que cualquiera. Los mismos tormentos y las mismas emociones, amplificados por el foco mediático que le lleva persiguiendo desde que en el año 2001, él y otros 15 chavales desembarcaran para siempre en las pantallas de los hogares españoles.

David Bustamante lleva un día duro, lleno de compromisos que se van acumulando uno detrás de otro. En plena gira por España, el cantante de San Vicente de la Barquera ya no es aquel imberbe que un día decidió romper con lo establecido. Hoy sus letras denotan la madurez de quien es padre de familia y trata de devolver a la vida una pequeña parte de lo que ésta le ha dado. Consciente de todo el cariño que recibe allá por donde pasa, es capaz de dejarse la voz y lo que no es la voz por complacer a todos y cada uno de sus seguidores. Es precisamente su pasión por la música lo que le obligó hace dos meses a parar, a dar un paso atrás para volver con la fuerza que hoy derrocha. Y es que, parafraseando a quien tengo enfrente, «no hay mejor medicina que tener pensamientos positivos».

¿Cómo te encuentras dos meses después de haber sufrido vértigos agudos y estar obligado a cancelar varios compromisos?

Estoy como un toro. Lo que realmente me pasó era una cuestión física, muchas firmas, muchas horas, la gente que pone todo su cariño se te cuelga del cuello... He hecho un cálculo muy sencillo: 1.500 personas que atiendo por cuatro abrazos... ¡ojo! que estamos hablando de 6.000 apretones de cervicales (se ríe). No, realmente en esa época estaba mal, tenía náuseas, tenía una contractura terrible en las cervicales y no me permitía llevar a cabo el trabajo lo bien que me gusta hacerlo. Además de la promoción del disco... todo eso pudo conmigo, pero ahora estamos a tope.

Hablemos del presente. Tu nuevo trabajo se llama «Vivir». Al final lo que importa en la vida es vivir...

Vivir, sí. pero se puede vivir de muchísimas maneras. Yo hablo ya desde una intención, un estilo de vida. Se puede pasar pasar de puntillas o dejar huella, sobre todo en las personas que realmente te importan, y, por ello, soy de los que vive intensamente y trato de ponerle pasión a todo lo que hago. A veces hay que parar y no perderse esas pequeñas cosas que realmente te hacen feliz.

¿Qué ofrece David Bustamante en este disco que no habíamos visto hasta ahora?

«Han salido temas muy optimistas, creo que es un disco donde me implico bastante más»

Hay una mayor madurez, lógicamente a nivel de letras ofrezco una mayor variedad de mensajes, no solamente hablo de canciones de desamor. Han salido temas muy optimistas, creo que es un disco donde me implico bastante más como autor, como músico... he seleccionado desde los ingenieros de sonido como Peter Mocran, que es el número uno a nivel mundial, hasta productores como los hermanos Contreras, que tienen un sonido moderno y hacen las cosas muy limpias. No quería nada embarullado, buscaba un disco más 'anglo' y me parece que lo he conseguido. De hecho a la gente le ha sorprendido y le está gustando, que es al final la meta que buscaba.

¿Por qué decides irte a México a grabar el álbum?

Por ir a buscar ese sonido y esos productores. Es mucho más fácil viajar allí y empaparte, vivir... México DF es una ciudad que a mí me apasiona, donde un auditorio nacional con la capacidad que tiene está lleno todos los días. Además me sirve para salir fuera, desconectar y pensar solamente en música, cosa que aquí siempre es más complicado. A pesar de que es un lugar muy difícil para cantar debido a la altura, creo sinceramente que acertamos con la decisión. Tengo muchas ganas de ir para allá y cuando termine con la gira en España, vamos a volver una temporada a México.

Hablando de idas y venidas, ¿cómo estás llevando tu nueva gira?

Estoy encantado por como ha ido todo. La respuesta del público ha sido increíble, en los tiempos que corren es muy complicado tener tantos soldados, ver a la gente entregada. Tengo una escenografía nueva, hemos diseñado un espectáculo y no simplemente una retahíla de canciones. Cada tema está en su posición por algo, buscando hacer una especia de montaña rusa. Que sea un 'show' muy enérgico, pero con espacio para momento íntimos. Que sorprenda y evite caer en la monotonía. Quien me haya visto anteriormente se va a sorprender.

¿Qué sientes cuando te enteras que ya has vendido todas las entradas para el primero de tus dos conciertos en Madrid del próximo 23 de enero?

La verdad es que impresiona. Es genial, porque soy consciente de todo el esfuerzo que hacen las personas por venir a verte. Ha sido una sorpresa absolutamente todo, llevaba tres años sin hacer un álbum y me tomé uno para preparar el disco. Cuando uno va a volver no sabe si lo están esperando, es una sensación de vértigo para la que hay que estar preparado. Sin embargo, ver que la gente sigue ahí y que además se suman otras personas, nuevas generaciones que no han crecido conmigo, es muy bonito.

Después de casi 14 años de carrera, 12 discos de platino y más de 600 conciertos por todo el mundo, ¿cuál es tu secreto para seguir manteniendo la misma ilusión que cuando empezaste?

Pues mira, cuando me saturo, cuando hay épocas de agotamiento y me topó con una pared, pienso en porqué estoy aquí. ¿Qué era lo que me movía? Y ese sentimiento vuelve instantáneamente. Soy una persona afortunada porque hago lo que me gusta. En los momentos bajos me acuerdo del sueño que tenía cuando estaba en mi pueblo, con los colegas allí dando la tabarra los fines de semana, cantando, apuntándome a cualquier cosa para poder mostrar mi música.

¿Que ha cambiado en aquel joven ingenuo (con perdón) de 19 años que dejó su vida en San Vicente de la Barquera para cumplir su sueño?

¿Aquel energúmeno? ¡Aquel energúmeno sigue vivo en mí para desgracia de los que me rodean! (se ríe). Soy una persona muy impulsiva, no soy una mente fría o calculadora, ni alguien ordenado. Lógicamente mi vida ha cambiado mucho, soy padre de familia, tengo muchas responsabilidades y cuando tengo que hacer mi papel lo hago siempre de la mejor manera que puedo. Pero sigo siendo alocado, feliz e intento transmitir buen rollo allá por donde paso, que es con lo que más disfruto.

Con este nivel de presión, de estrés al que estáis expuestos, ¿qué piensas cuando lees lo que le pasó a Joaquín Sabina el otro día encima de un escenario?

Es fastidioso, realmente yo sé lo que pudo sentir. Lo mismo que le pasó a Pastora (Soler), que a los dos les mando mucho ánimo, es complicado porque nosotros nos autoexigimos muchísimo, sobre todo alguien como Joaquín que es tan grande y quiere devolver al público todo lo que le ha dado. Toda esa tensión, esos nervios, te generan miedo porque tú quieres dar lo mejor de ti y en vez de potenciarte lo que ocurre es que ese pánico te merma. Como a mí me ha pasado en alguna ocasión, es una angustia estar delante de tanta gente y que no te salga la voz.

Dices que te ha ocurrido alguna vez...

Sí, sí me ha pasado que no me sale la voz y he tenido que decir: «discúlpenme, pero no puedo». O a veces he sido un borrico y no pensando más allá, en mi carrera y en los años que me quedan encima de los escenarios, me he desgraciado la garganta. He tenido que parar, tuve hace años una lesión vocal precisamente por eso. Al final, lo que nos pasa a nosotros es que nuestro instrumento es un músculo muy pequeño y no podemos sobrecargarlo de esfuerzo, porque se generan pólipos... yo tuve un quiste intervocal que se me paralizó una cuerda por completo.

Cambiando de tercio, he leído que durante estas navidades te estrenas como presentador en «Fuera de clase», una nueva apuesta de TVE pensada especialmente para los niños, ¿por qué Bustamante decide embarcarse en este proyecto?

«Aquí cuando empiezas a hacer de todo te llueven hachazos por todos los lados»

Fue un proyecto que me propusieron y yo siempre digo que no me cuesta hacer televisión, no me siento incómodo, me gusta y me divierte. Desde luego soy músico y ante todo lo que me llena es hacer canciones, ofrecer conciertos... pero me gusta también que si un artista tiene inquietudes, intente no cerrarse puertas. Yo me acuerdo cuando antiguamente un cantante hacía películas, presentaba programas de tele... un poco lo que se consideraba como el artista global, que en América si se hace mucho. Aquí en cambio es complicado, cuando empiezas a hacer de todo te llueven hachazos por todos los lados, pero me da igual y quiero hacerlo, porque sobre todo se trata de un programa con niños, niños de la edad de mi hija que manejan su mismo idioma. Lo he hecho porque me apetecía, con todo el cariño del mundo.

Coincidirás con Chenoa... ¿sigues quedando a tomar un café con algunos de tus compañeros en Operación Triunfo?

Sí, Chenoa es la persona que más veo. Ahora acabo de terminar un especial de Navidad donde le he invitado a grabar una canción muy importante de este disco y tengo muy buena relación. Con todos en general, pero con ella es con la que más coincido. Igual con otros vas viéndote menos, pero seguimos hablando por «Whatsapp». Pasamos una cosa muy importante que nos cambió la vida y es normal que hubiera esa hermandad.

¿Te hubieras imaginado aquella época con el auge de las redes sociales?

¡Puf! Pues no lo sé, a veces me siento mayor porque cuando yo empecé estaba la peseta, cuando salí el euro. Hemos sobrevivido una década, es algo muy heavy, se ve en nuestros estilismos y en los pelos que llevábamos que eran un cuadro, pero bueno, ¡imagínate! Lo de las lágrimas de Bustamante sería «trending topic» mundial y nos reiríamos mucho. Son geniales, las redes sociales te acercan mucho a tu público y te permiten tener un «feedback» muy real.

Precisamente no eres de los que se corta en las redes, ¿sientes alguna vez que Internet es un espacio donde vale cualquier cosa con tal de atacar?

Tengo jaleos continuamente, me meto en unos jardines tremendos. Normalmente la mayoría de la gente te respeta, pero como tengan la oportunidad los detractores, los «trolls», te crujen. Pero es normal cuando hay tanta gente en un mundo tan anónimo.

Y cuando te ves envuelto en una polémica así, ¿tu mujer y tu hija también lo notan?

No, no, yo a esas cosas no les doy importancia. A mi casa llega papá y se acabó todo, lo demás se queda fuera.

¿Qué opina tu hija Daniella cuando ve los miles de seguidores que tienen sus padres?

Desde antes de nacer ya estaba en un «backstage». Ha visto a su padre siempre cantando canciones, ve que su papá es músico, como vienen otros compañeros y tocamos. Su madre sale en las series, anunciando cosas... y sin embargo, Daniella flipa cuando yo le digo que su padre era albañil, le entusiasma mucho más eso. Me dice '¿papá tu sabes hacer casas?' ¡Guau! Eso es lo que a mi hija le llama la atención, porque nunca me vio hacerlo.

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