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«Los héroes de Agatha Christie son personas de carne y hueso con los que podemos identificarnos»

Juan José Montijano desvela muchos datos sobre la escritora en «El universo de Agatha Christie» (Diábolo Ediciones)

Agatha Christie durante su primer viaje a Egipto en 1910 ABC

Andrés González-Barba

Agatha Mary Clarissa Miller (1890-1976) , más conocida mundialmente por su nombre literario, Agatha Christie , ha pasado a la historia como la gran dama del misterio. Su prolífica producción (no sólo novelas sino también cuentos, obras teatrales y poemarios) ha hecho que, dentro del olimpo de los escritores británicos, sea la autora más leída y traducida junto a William Shakespeare . En octubre de 1920 publicaba en Estados Unidos su primera novela, «El misterioso caso de Styles» (aparecida en enero de 1921 en Reino Unido). Ese libro seminal fue clave porque también supuso el nacimiento de su gran personaje, el detective Hercule Poirot . El escritor granadino Juan José Montijano es uno de los principales expertos en España en la obra de esta narradora. Fruto de muchos años de investigación, el año pasado vio la luz su libro «El universo de Agatha Christie» (Diábolo Ediciones).

¿Por qué un escritor de Granada siente tanta fascinación por Agatha Christie?

Desde pequeño y, como cualquier niño perteneciente a lo que se ha dado en llamar «generación EGB», me quedaba fascinado al ver las truculentas portadas de Tom Adams en aquellas ediciones de bolsillo que, editadas por la extinta editorial Molino, podía comprar en el kiosko por unas quinientas o seiscientas pesetas. Aquellos auténticos bodegones macabros me cautivaban tanto o más que el propio título de la novela, por lo que, con la paga semanal (entonces nos daban paga a los niños) ahorraba para comprármelas. Eran los tiempos en que en TVE daban «La hora de Agatha Christie» o «Miss Marple», con la excelente interpretación de Joan Hickson, por lo que a partir de entonces mi interés, mi pasión, mi curiosidad, me llevaron a adentrarme poco a poco en la vida y obra de esta celebérrima autora de novelas de misterio que tanto me recordaba a la mítica Jessica Fletcher (inolvidable Angela Lansbury), y eso que yo era un acérrimo lector de Conan Doyle o Poe, fundamentalmente.

¿Piensa que a esta escritora le puede ocurrir como actualmente le sucede a Woody Allen, que o bien amas su obra o te deja indiferente?

Seguramente. Desde mi punto de vista ambos han sido dos genios, salvando las distancias, de la cultura occidental. Cinematografía y narrativa les confieren a ambos dos artes en los que han destacado y renovado en cierta medida el panorama anquilosado en que sendas manifestaciones artísticas se encontraba. En el caso particular de Agatha Christie, de «tía Agatha», como la llamo cariñosamente, vino a dar un soplo de aire fresco a la narrativa policiaca de su tiempo en donde Conan Doyle era, sin lugar a dudas, el rey indiscutible. Un rey que vio tambalear su reinado cuando, ¡¡¡nada menos que una mejor!!! le arrebató el trono dibujando personajes, perfilando historias y maquinando crímenes que muy poco o nada tenían que ver con las aventuras del sabueso del 221B de Baker Street. Indudablemente la influencia de Conan Doyle en la obra de Agatha es evidente, y la configuración de personajes como Poirot denota cierto aire holmesiano. A Agatha se la quiere o se la odia. O eres un lector empedernido o te resulta indiferente por su «simplicidad» narrativa. Como decía el viejo exiliado Pierre de la mihuriana «Ninette y un señor de Murcia», «en esta vida o se es cocidista o fabadista». O se es de Conan Doyle o de Agatha Christie.

¿En qué cree que contribuyó Agatha Christie a cimentar los derechos de la mujer en el siglo XX?

Contrariamente a lo que pueda pensarse, Agatha supuso un revulsivo en el ámbito literario femenino. La narrativa policiaca, género tradicionalmente adscrito al ámbito masculino, se vio revolucionado por la aparición de esta escritora que, cimentada en arcaicos y conservadores valores victorianos supo adecuarse a la realidad que la circundaba y adelantarse a su tiempo. Conducía, era independiente, ganaba su propio dinero… Era una auténtica «garçon» de la Belle-Epoque con la única salvedad de que no le gustaba fumar y era conservadora en el vestir. Ella misma dio varias veces la vuelta al mundo, por ejemplo, hizo surf, viajó sola en múltiples ocasiones… Cuando su primer marido, el coronel Archibald Christie, se quedó sin trabajo, ella misma sustentaba su hogar con los réditos que le dejaban sus novelas. Una mujer que, si hubiera seguido con vida, estaría al tanto de cualquier novedad y hubiera sido capaz de adaptarse lo mismo que lo hizo en su época. De hecho, cuando uno lee su producción narrativa (novelas y relatos cortos fundamentalmente), se da cuenta de que aquellos arcaicos valores tradicionalistas fueron dejando paso a un progresismo paulatino que incorporó en sus novelas donde los personajes femeninos sufrieron también la misma evolución que ella, nótese al respecto los singulares casos de sus tres heroínas: Miss Marple, Tupence Beresford y Ariadne Oliver, incorporando gustos y modas del momento: los beatniks, los teddy boys, la música «ensordecedora» de los sesenta y setenta…

Juan José Montijano retratado junto al libro que ha publicado sobre Agatha Christie Fátima Montijano

«El misterioso caso de Styles» (1920) no sólo marca hace justo un siglo el inicio de la meteórica carrera literaria de la escritora, sino que también supone el nacimiento de uno de sus grandes personajes, Hercule Poirot. ¿Qué piensa sobre este icónico protagonista de tantas novelas e historias cortas de la autora?

Me va a permitir que sea totalmente subjetivo pero a mí, particularmente Poirot, me encanta. Frente a Holmes, creo que es mucho más «humano». Si bien ese exceso de egolatría llega a veces hasta parecernos ridículo frente al más taimado Sherlock. Poirot nos permite identificarnos con él como lectores, nosotros investigamos por sus ojos, acusamos mediante sus palabras, intentamos jugar con él a ver si somos capaces de adelantarnos a sus pensamientos… Imposible. Siempre nos gana la partida. Eso me parece brillante por parte de la autora, el hecho de que nos permita jugar a detectives con su detective y que aquél nos despiste incluso.

Seis años después, en 1926, se produjo la misteriosa desaparición de Agatha Christie, que once días más tarde fue hallada en un balneario de la localidad de Harrogate. ¿Cuál es su hipótesis sobre lo que le ocurrió realmente en esa semana y media y por qué cree que no mencionó ni una sola línea de tan extraño suceso décadas después en su «Autobiografía»?

Mi teoría es la de la «fuga transitoria», tan simple como eso. El reciente fallecimiento de su madre, el «boom» de su nueva novela («El asesinato de Roger Ackroyd»), el descubrimiento de la infidelidad de su esposo, el estrés producido por ser ella el pilar que sustentaba económicamente el hogar con una hija pequeña… todo ello la llevó a una situación mentalmente extrema de la que ni ella misma fue consciente. Simple y llanamente. Mucho se ha especulado al respecto y existen decenas de teorías, una de ellas, por cierto, la retratada en un episodio de la nueva versión de «Doctor Who». Considero que Agatha, al querer olvidar aquella fatídica temporada, obvió por completo mencionarla en su «Autobiografía», pero no así a la prensa ya que he tenido la ocasión de recopilar algunas declaraciones suyas del momento sobre ello y corroboran mi anterior afirmación. Lo demás, es pura ficción.

¿Qué es lo principal que aporta su libro a la hora de acercar la figura de Agatha Christie al lector dentro del ámbito hispanohablante?

Modestamente, creo que el lector va a tener todo el universo de la autora al alcance de la la mano ya que no había hasta este momento en nuestro país un estudio de conjunto dedicado exclusivamente a la autora y que tratarse de todos los temas relacionados con ella: narrativa, cine, teatro, televisión, métodos de escritura, guía de sus obras… Creo que es un estudio completo y generalizado aunque siempre faltan temas por tratar como la poesía de la autora al que espero dedicarle en el futuro un pormenorizado ensayo.

Pasión por España

La escritora también estuvo vinculada a España porque visitó lugares como las islas Canarias o Baleares. ¿Qué imagen cree que tenía de nuestro país?

Agatha Christie estuvo en España en distintas ocasiones. Visitó no sólo las islas sino provincias como Granada, Sevilla, Barcelona, Madrid y Toledo. De hecho muchos periodistas del momento se preguntaban por qué no hacía transcurrir uno de los argumentos de sus novelas en nuestro país; si bien ella se negaba rotundamente a hacerlo llegando a afirmar que no solía «cometer crímenes» en países que visitaba por puro placer. Adoraba el flamenco y de hecho le escribió a Carmen Salazar «la Camboria», una obra teatral «perdida», «Flamenco» , en la que la primera esposa de Lauren Postigo hacía de bailarina ciega. Ello da cumplida cuenta del amor que sentía hacía nuestro país aunque la última vez que lo visitó se encontró con que un periodista invadió su habitación, algo que la enervó por completo. Desde entonces, finales de los sesenta, nunca más volvió a España.

¿A quién prefiere, a Hercule Poirot o a Miss Marple?

La verdad es que los dos. ¿Qué dedo se corta uno de la mano que no le vaya a doler? Cada uno posee su particular idiosincrasia. Me encanta ese esnobismo casi cómico de Poirot y esas células grises capaces de todo al mismo nivel que esa «aparente» fragilidad de una ancianita soltera que, sin oficio ni beneficio, se entera de todo con pasmosa habilidad. Creo que son dos creaciones tan inmortales como Holmes y Watson.

En su opinión, ¿quién ha interpretado mejor al detective belga en el cine o en la televisión?

Reconozco que David Suchet ha sido, sin lugar a dudas, la mejor encarnación de Poirot. Sumamente realista y tal y como fue concebido por su autora. También me encanta el toque de humor que le otorga Peter Ustinov o el inquisitivo Albert Finney. Odio, sin embargo, la caracterización que Tony Randall hizo lo mismo que la llevada a cabo por el «shakespiriano» Kenneth Brannagh.

¿Y en el caso de Miss Marple?

Por supuesto, Joan Hickson. Es la que mejor se ha acercado a la inconografía del personaje descrita por su autora. Después me quedo (aunque para nada se le acerca) a las producciones llevadas a cabo por la MGM con Margareth Rutherford, son muy divertidas y me siguen entreteniendo enormemente. Frente a ellas, las Marples encarnadas por Angela Lansbury, Helen Hayes, Geraldine McEwan o Julia Mackenzie, cada una le aporta un toque diferente que, unidos todos, nos darían una excelente Miss Marple.

Mejores adaptaciones

En cuanto a las adaptaciones, ¿cuáles destacaría como las de más calidad?

Las llevadas a cabo por EMI en los setenta. El «Asesinato en el Orient Express» de Lumet, «Muerte en el Nilo» o «Muerte bajo el sol» del 78 y 82, son excelentes. Más recientemente, me han sobrecogido las adaptaciones de «La casa torcida» o la televisiva de BBC, «…Y no quedó ninguno». Aunque, por supuesto, el «Testigo de cargo» de Wilder es inmortal.

¿Cuáles son para usted las obras imprescindibles de esta gran dama del misterio?

Sin lugar a dudas «Asesinato en el Orient Express», «Muerte en el Nilo», «Diez negritos» y «El asesinato de Roger Ackroyd».

¿Piensa que en ciertos sectores pueda haber una animadversión hacia la escritora al considerar su obra un tipo de literatura menor?

Totalmente. Cuando se habla de novela policiaca de calidad, siempre se menciona a Simenon, Hammet o Chandler y Conan Doyle. Agatha Christie siempre se ha sido considerada como un fenómeno demasiado comercial… pero es que ese fenómeno era y sigue siendo lo que demandaba el público. Lo comercial es cierto que no siempre es sinónimo de calidad, pero sí de popularidad. Y Agatha Christie es la reina de la literatura popular de misterio. Guste o no, lo continúa siendo más de cuarenta años después de su fallecimiento.

¿No cree que en España se han representado relativamente poco en escena obras tan populares como «Diez negritos» o «La ratonera»?

Si comparamos esas representaciones con las llevadas a cabo en países anglófonos o francófonos, por supuesto que sí; si bien ambas son dos de las obras teatrales que más veces se han representado en nuestro país. Olvidamos que Agatha tiene un teatro fabuloso, muy poco representado en España y mucho menos editado, a excepción de los volúmenes que Carroggio editó a mediados de los setenta. «La telaraña», «La visita inesperada», «Asesinato en la vicaría», «Testigo de cargo”, «Muerte en el Nilo», «Sangre en la piscina», «Café solo», «Los ojos que vieron la muerte», «Veredicto», «Regla de tres»… Considero que la producción de Agatha Christie merece un revisionado. De hecho ya está listo un volumen que he concluido durante el confinamiento acerca de la relación de Agatha Christie con el mundo de las artes escénicas y todos los montajes españoles de sus obras hasta 2020, inclusive. Además, cuenta con prólogo de Ángel Fernández Montesinos, y esperemos que salga en el último trimestre del año.

¿Por qué hay que seguir leyendo a Agatha Christie un siglo después?

Porque sus historias son totalmente atemporales. Porque sus personajes podemos ser alguno de nosotros mismos. Porque sus misterios podemos encontrarlos a la vuelta de la esquina en el asesinato que se cometió la otra noche al salir del restaurante en el que cenábamos o el desfalco que se produjo hace poco tiempo. Sus héroes son personas de carne y hueso con los que podemos sentirnos identificados. Sus crímenes son deformaciones de la propia realidad o trasvases de la misma a la ficción. Hay que leer a Agatha Christie porque entretiene, porque nos produce esa catarsis que todos hemos de tener para liberarnos de nuestras frustraciones y problemas diarios. Leer a Agatha Christie constituye un bálsamo que nos aisla. Y es bueno a veces desconectar por completo de lo que nos rodea…

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