El Templo de Jerusalén
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Encontrado el ejemplar más antiguo hasta la fecha del Libro de las Lamentaciones

Los expertos creen que el volumen de la obra del profeta Jeremías está fechado en el siglo I

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La Autoridad de Antigüedades Israelí (AAI) ha informado del hallazgo de un ejemplar de 2.000 años de antigüedad del Libro de las Lamentaciones, el más antiguo localizado hasta la fecho.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha reunido este domingo con representantes de la AAI para examinar los rollos, encontrados en las cuevas de Qumrán, según ha informado el diario israelí Yedioth Aharonoth.

«Esto es un descubrimiento importante y emocionante», afirmó Netanyahu, que recalcó la importancia de que el pergamino se llevara a la oficina del primer ministro en Jerusalén en el Tisha b'Av, principal día de ayuno y abstinencia del judaísmo. El pergamino se exhibió por primera vez ante el público hace varios días en el Museo de las Tierras de la Biblia de Jerusalén.

Pnina Shor, la responsable de la IAA para los pergaminos del mar Muerto, explicó a Netanyahu que el manuscrito pertenece al periodo de entre el año 30 a.C. y el 70 d.C.

El Libro de las Lamentaciones está atribuido a Jeremías y es uno de los más importantes de la tradición judía. Perteneciente al Antiguo Testamento, la Biblia cristiana lo coloca en las series de Libros proféticos, entre Jeremías y Ezequiel en las Biblias protestantes, y entre Jeremías y Baruc, en las ediciones católicas y ortodoxas. No obstante, no hay ninguna prueba de que el verdadero autor fuera Jeremías.

Las teorías actuales sostienen que las Lamentaciones se escribieron en Jerusalén después de la catástrofe de 587 a. C., pero no por la misma mano ni al mismo tiempo. Los autores verdaderos fueron obviamente judíos piadosos y versados en la Ley, y, con toda probabilidad, eran sacerdotes que conocían perfectamente el Libro de Jeremías. El capítulo 1 puede ser de 597 a. C.

El libro contiene cinco poemas de lamentación por la destrucción de Jerusalén tras haber caído en manos de Nabucodonosor II en 587 a. C. Evocan, por tanto, la destrucción de Judá y el horror del sitio de la ciudad.

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