La Fundación Foto Colectania, una de las iniciativas privadas de fotografía más sólidas en España, se muda y amplía sus espacios en Barcelona. Su nueva sede en el Born coincide con una nueva etapa en la que también se mimará la vertiente digital
Recuerda Mario Rotllant, presidente y principal promotor de
Foto Colectania, que esta entidad privada «pero con gran vocación pública», nacida en el año 2002 con el ánimo de difundir la fotografía española y portuguesa y su coleccionismo desde Barcelona, de una forma natural, cada siete años, ha puesto sobre la mesa el replanteamiento de su filosofía. Sin serle infiel a sus esencias, sus ciclos han pretendido siempre lograr el mejor encaje del proyecto en la sociedad.
El fin del segundo -o comienzo del tercero, según se mire- coincide con el décimo quinto aniversario de la fundación. Una efemérides perfecta para intentar, si cabe, ser más rigurosos desde una firma que reúne más de 3.000 obras de ochenta autores de la Península Ibérica, de los años cincuenta a la actualidad (de Cualladó a García-Alix,
Fontcuberta, Jorge Molder, Helena Almeida o Javier Vallhonrat), y donaciones tan importantes como la del archivo del madrileño Paco Gómez (1.000 obras y unos 25.000 negativos), o fondos de coleccionistas privados como Juan Redón.
Lo que comenzó siendo una necesidad basada en ampliar la cámara para conservar sus tesoros se tornó en la posibilidad asimismo de aumentar el espacio expositivo, y, con ello, potenciar el siempre cuidado programa de actividades y su nada desdeñable biblioteca.
Y la materialización de ese deseo se ha llevado a cabo pensando a lo grande, reubicando la anterior sede de Foto Colectania de la calle Julián Romea (en la parte alta de la ciudad) en el corazón de Barcelona, en el Paseo Picasso, muy cerca del museo del pintor malagueño en la Ciudad Condal y del Parque de la Ciutadella, en el Born, hacia donde están convergiendo otros equipamientos culturales, lo que supone un cambio de estrategia en cuanto a visibilidad y acercamiento a otros públicos por parte de la firma.
Pasado ecuestre
En su nuevo emplazamiento en los conocidos como Porches de Fontseré funcionó hasta hace bien poco la Comercial de Guarnicionería, una empresa centenaria que en el pasado se espacializó en artículos ecuestres, y que, reconvertida hacia otros negocios, se ha visto obligada a buscar un nuevo inmueble ante la imposibilidad de afrontar la subida exponencial de los alquileres de renta antigua.
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