«Amorcillo durmiente» es la joya del museo
«Amorcillo durmiente» es la joya del museo - ABC

Se abre un museo en Lampedusa para contar la tragedia del Mediterráneo

La joya de la gran exposición es «Amorcillo durmiente» de Caravaggio, símbolo de acogida y esperanza, que evoca al niño sirio Aylan ahogado en una playa de Turquía

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En Lampedusa, corazón de la migración, se ha inaugurado hoy el Museo de la confianza y del diálogo por el Mediterráneo. Este título, cargado de simbolismo y esperanza, se ha dado a una gran exposición que recoge obras procedentes de países del área mediterránea: Italia, España, Francia y Túnez, país situado a solo 113 kilómetros de Lampedusa, una isla que es puente entre África y Europa. La iniciativa de la exposición supone un homenaje a las víctimas de la migración y también a los valores de responsabilidad social y generosidad que han demostrado los habitantes de Lampedusa (en lo que llevamos de año, 2510 prófugos murieron en el Mediterráneo).

La joya de esta exposición, inaugurada por el presidente de la República, Sergio Mattarella, es «Amorcillo durmiente» (1608) de Caravaggio.

El cupido durmiendo lo representa el genio de Caravaggio sin alas, ni flechas ni arco. Recuerda y evoca al niño sirio Aylan Kurdi, de tres años, ahogado en la playa turca de Bodrum. Inevitable hoy su recuerdo, símbolo de naufragios, de huidas de guerras y miserias, algo que también conoce muy bien Lampedusa, cuya población ha sabido acoger a miles de náufragos, hasta el punto de ser propuesta en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz.

Mensaje de esperanza y solidaridad

La obra «Amorcillo durmiente», que Caravaggio pintó en 1608 en Malta, donde el artista buscó exilio al ser buscado por la justicia, llegó a Lampedusa escoltada por carabineros, prestada por la Galería de los Uffizi de Florencia. Su director, Eike Schmidt, destaca que «Amorcillo durmiente» vuelve a sus aguas de origen como símbolo de acogida y esperanza, y al mismo tiempo evoca al pequeño Aylan con esta reflexión: «El arte nos hace reflexionar sobre una tragedia contemporánea, tiene el poder de despertar nuestra conciencia. Además, dado que en la antigüedad el sueño era considerado hermano de la muerte, también el objeto del cuadro nos ayuda a no olvidar su presencia amenazante sobre nuestro presente. “Amorcillo durmiente”, en el contexto de la exposición, no quiere ser solo un triste momento, sino que debe convertirse en una señal de esperanza y, naturalmente, de amor: No fue casual que Caravaggio se inspirara de una tipología ya existente en la Grecia clásica, que representa a Eros, dios del amor, dormido. El amor como objeto artístico es de muy larga tradición, por tanto, pero también como potencia vital al que evocar para derribar las barreras del egoísmo, combatir la indiferencia hacia los refugiados, y para sostener los desesperados que huyen de guerras, torturas y muerte», subraya el director de los Uffizi para explicar la presencia de la obra maestra de Caravaggio en la exposición.

Jornada de la Memoria

El nuevo museo pretende hacer del arte un instrumento de integración y construir puentes culturales en el Mediterráneo, descubriendo raíces comunes. El hilo conductor del nuevo museo es el espíritu de acogida: además de diseños de niños llegados a las costas italianas, que han sabido contar con ingenuidad el drama de la migración, la estructura situada junto al Museo Arqueológico, acoge obras prestadas por diversos museos y una sección dedicada a os objetos recuperados en el mar durante los salvamentos. La exposición permanecerá abierta hasta el 3 de octubre, una fecha que no olvida nadie en Lampedusa: ese mismo día, en el año 2013, murieron a pocos metros de la isla 368 inmigrantes en un naufragio. Para recordarlo siempre, se quiere institucionalizar esa fecha como la Jornada de la Memoria y de la Acogida.

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