El Museo Thyssen de Madrid
El Museo Thyssen de Madrid - abc

El Museo Thyssen cerró 2014 con un déficit de 4,5 millones de euros

Esta cifra supone un 14 por ciento menos con respecto a 2013, una leve mejoría debida al aumento de visitamtes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Después un año 2013 bastante duro en lo económico, el Museo Thyssen se ha remangado y comienza a controlar su déficit, que ha adelgazado de los 5,2 a los 4,5 millones de euros. Desde que en 2012 perdieran el patrocinio de la Fundación Caja Madrid —que era como la gallina de los huevos de oro—, la pinacoteca parece que ha encontrado el camino hacia la eficiencia. O en su defecto, la manera de vivir en cierta armonía con la dificultades del sector.

Esta mejora en las cuentas del museo es consecuencia de un aumento en el número de visitantes (6,5%) con su correspondiente aumento en la taquilla (12%) y otros ingresos como actos privados y nuevos patrocinios, que les han reportado incrementos del 33 y el 64 por ciento respectivamente.

Al dinero de la Fundación Caja Madrid le ha sustituido el de otras instituciones que, de forma puntual, ayudan a sacar adelante exposiciones temporales. O, como en el caso de MasterCard, permiten abrir el museo de forma gratuita los lunes de 12.00 a 16.00 horas .

Entrando en cifras redondas, las colecciones del Thyssen tienen un déficit estructural de entre 6 y 6,5 millones de euros. Es un dato con el que conviven desde hace tiempo, pero que «no significa que la continuidad o la situación del museo sea peor que en otros momentos», aseguró Evelio Acevedo, director gerente de la Fundación Thyssen.

Como ocurre con otras instituciones culturales, la clave para sobrevivir está en los patrocinios privados. Aunque España no ha desarrollado todavía una ley de mecenazgo similar a la de otros países de su entorno, el Thyssen ha encontrado la manera de mantenerse. Al ya mencionado apoyo de MasterCard se han sumado otros que, en mayor o menor medida, han hecho olvidar los tiempos en los que Caja Madrid mantenía casi toda la actividad del museo.

La segunda forma de seguir adelante es tan «sencilla» como vender entradas. «En el momento en que tuviéramos 500.000 visitantes nuevos que pagasen su entrada habríamos resuelto nuestro déficit estructural», aseguró Acevedo. Es decir, que con medio millón de visitantes más el museo se olvidaría de esos 6 millones de euros que arrastran desde hace tiempo. De momento no van mal, con respecto a 2013 han aumentado un 12% los ingresos de su taquilla. Y así se repartieron los visitantes según el tipo de entrada que adquirieron:

Parte de este crecimiento es consecuencia del que bautizaron como «Plan museístico 2013-2018», a través del cual ha colocado su marca entre los touroperadores internacionales. Por esta razón, el 60% de los visitantes son de origen extranjero. «No vemos que el turismo nacional se esté moviendo tanto —asegura Acevedo—. Por eso estamos trabajando prioritariamente con extranjeros, porque además el turismo extranjero está más desestacionalizado». Los principales visitantes foráneos provienen de Estados Unidos y Francia, por ese orden.

Después de casi una década de juicios, parece que el Thyssen no tendrá que devolver el cuadro «Calle St. Honoré por la tarde. Efecto de lluvia» del pintor impresionista Camille Pissarro, que lleva en la colección del museo desde 1922. Una familia judía reclamó esta obra expoliada por los nazis pero los jueces han dado la razón a la pinacoteca madrileña.

Hasta aquí todo perfecto, si no fuera porque el museo se ha dejado cerca de 1,2 millones de euros en abogados. Un dinero que no esperaban perder y que tampoco podrán recuperar. Todo porque en Estados Unidos —por aquello de garantizar el acceso a la Justicia— no se contempla que la parte perdedora del juicio tenga que correr con las costas del litigio.

Ver los comentarios