El poeta Miguel Hernández usó el calificativo en su obra
El poeta Miguel Hernández usó el calificativo en su obra - JUAN CARLOS SOLER
El origen de los insultos más populares

¿Por qué hay personas que tienen peor humor que otras?

Tener mala leche es tanto como tener mala índole, adquirida con la leche que mamó de su madre el sujeto en cuestión...

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El estado de ánimo suele ser la principal razón que mueve a las personas a la hora de cumplir sus expectativas. No es lo mismo desempeñar una tarea mientras se jura en arameo respecto al porqué de la existencia, que llevarla a cabo con una sonrisa de oreja a oreja. Hasta la comida sabe diferente si de estar contentos se trata. Pero hay individuos que aún conociendo las ventajas de la felicidad, no saben estar de buen humor. Sujetos irreverentes, perspicaces, ácidos, satíricos, «dolorosamente» sinceros,... o en resumidas cuentas, tipos con muy mala leche.

En su «Inventario General de Insultos», Pancracio Celdrán señala que un sujeto con mala leche es alguien con «permanente mal humor; mal intencionado y avieso; de mala índole, que siempre anda buscando las vueltas a las personas o a las cosas.

Se alude con este vocablo compuesto a la calidad de la leche que mamó de su madre el sujeto en cuestión....».

En su Cancionero (1946), el poeta del Prerrenacimiento español Juan del Encina pone en boca del pastor Mateo la siguiente estrofa:

Yo te juro a San Pelayo

que cualquiera te deseche,

que nunca de buena leche

has mamado sólo un rayo.

Celdrán busca el origen de la expresión y expone un significado diferente al que hoy en día posee: «Tener mala leche es tanto como tener mala índole, condición torcida, raíz borde desde el principio, adquirida con la leche que mamaron; antaño se dijo 'leche' a la estirpe o ralea de la que uno desciende, siendo sinónimo de raza».

En este sentido utilizó el término el poeta oriundo de Orihuela Miguel Hernández:

.. pueblo de mi misma leche,

árbol que con tus raíces

encarcelado me tienes,

que aquí estoy yo para amarte

y estoy para defenderte

con la sangre y con la boca

como dos fusiles fieles...

Por último, dentro del rico y variado lenguaje que posee la geografía española, el autor señala el sentido diferente que se le da en Navarra. «En este punto tener buena o mala leche es tanto como tener la suerte de cara, o propicia; o tenerla de espaldas o adversa. Un individuo con mala leche es tanto como alguien con mala estrella, a quien por no salirle nunca las cosas como él quisiera se muestra huraño y malhumorado».

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