El personaje del «Luisma» en 'Aída', representado por el actor Paco León, es un claro ejemplo de papanatas
El personaje del «Luisma» en 'Aída', representado por el actor Paco León, es un claro ejemplo de papanatas - TELECINCO
El origen de los insultos más populares

El insulto cuya gravedad aumenta con el paso del tiempo

Cuando uno no se recupera del aturdimiento pasajero, puede quedar pasmado para siempre

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La concentración es una cualidad muy difícil de mantener durante un largo período de tiempo. Existen multitud de condicionantes que pueden entrometerse en el camino más directo hacia el cumplimiento de nuestros objetivos. El amor, una cerveza fría, el último programa de dudoso humor que echan en la tele,... y así sucesivamente hasta completar una larga lista de distracciones que pueden reducir nuestra capacidad de atención hasta niveles insospechados. Es por ello que el insulto que hoy nos atañe debe su existencia al mayor o menor grado de aturdimiento. ¿Se imaginan a cuál nos estamos refiriendo? Quizás un lelo, después de leer esto último, aún no se haya dado cuenta.

Pancracio Celdrán, en su «Inventario General de Insultos», explica precisamente que «uno de los ingredientes semánticos de este calificativo, básicamente ofensivo, es el aturdimiento, que cuando es pasajero, el lelo es sólo un alelado temporal.

Lo grave es cuando no se recupera de ese estado, y queda lelo, es decir: pasmado para siempre. El lelo es sobre todo un fatuo, de muy lento entendimiento. uno el calificativo de lelo».

Asi señala el autor que ese mismo contenido semántico le da el Diccionario de Autoridades, que es cuando se testimonia la palabra por vez primera en forma escrita. «Este hecho hace que sea demasiado tardío su uso para que proceda, como quieren algunos, del término griego lalos, es decir, bobo. ¿Para qué recurrir a idioma tan culto para crear palabra que tenía ya cien posibles maneras de realizarse?»

Buscando respuestas a la pregunta anterior, Celdrán encuentra en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, de Joan Corominas, una vía de escape «cuando afirma que es término de creación expresiva, parecida al francés gagá, o al catalán babau».

En el refrán de las Aventuras de don Procopio en Paris, cuplé estrenado en 1907 en el Kursaal Central, por la Fornarina (la madrileña Consuelo Vello Cano), se lee:

Y luego, al colocarse todas en fila,

don Procopio, alelado, igual decía:

«Comprendo que estén locos

con la machic,

que es el baile de moda

que baila toda la gente chic».

Ver los comentarios